Por el caso del rastro de Kanasín
La Secretaría de Desarrollo Sustentable señaló ayer que, en el caso del rastro de Kanasín, los ciudadanos deben presentar una denuncia para que se pueda programar una visita de inspección al matadero y verificar el cumplimiento de la normatividad vigente que se contempla en la Ley de Protección al Medio Ambiente del Estado de Yucatán.
La titular de la Sedesu, Sayda Rodríguez Gómez, dijo que se verificaría el cumplimiento del reglamento de la citada ley y, de esta manera, determinar las posibles acciones legales que procedan conforme al cumplimiento de la normatividad vigente en la materia.
Señaló que, en la Secretaría de Desarrollo Sustentable del Gobierno del Estado (Sedesu), continuaremos trabajando y fortaleciendo acciones que nos permitan motivar a todas las instancias al cumplimiento de la normatividad vigente en nuestro Estado, sentando las bases necesarias para avanzar hacia un estado más sustentable.
Mala planeación
Comentó que la situación que se reprodujo en las páginas del POR ESTO! en la sección La Ciudad, donde se menciona que vecinos de los fraccionamientos Los Arcos y La Ceiba III del municipio de Kanasín se quejan del funcionamiento de un rastro de cerdos ubicado en dicho municipio, se presenta como ejemplo de la mala planeación urbana que, lamentablemente, ocurre en varios municipios de nuestro Estado.
En primera instancia, hay que especificar que la autorización para la instalación del rastro es competencia municipal y no del Estado por el concepto de autorización de uso del suelo, lo cual en este momento resulta complicado solucionar en breve tiempo por corresponder a una mala planeación que, además de ser de competencia municipal, viene de varios años atrás.
POR ESTO! publicó ayer que el hedor que emana del rastro municipal de Kanasín, que se ubica en medio de varios fraccionamientos, invade las casas-habitación, lo mismo que las moscas que abundan allí.
Las constructoras de estos fraccionamientos vendieron las viviendas con el argumento de que ese matadero ya no estaba en servicio o bien que pronto sería reubicado; pero de eso ya han pasado 16 años y el problema se agrava.
Insoportable
El agua estancada del rastro provoca la proliferación de moscos y el crecimiento de la maleza, sin que ninguna autoridad municipal, estatal o federal haga algo al respecto. La señora Araceli Salas Mis vive en uno de estos fraccionamientos desde hace tres años y afirma que es insoportable la invasión de moscas.
“Yo vivo aquí en el fraccionamiento Los Arcos, a unos metros de donde está el rastro que ya quedó prácticamente en medio de los fraccionamientos; en frente acaban de construir otro que se llama La Ceiba III y ya hay gente habitando, pero quizás no se han dado cuenta del problema del rastro; del otro lado (del matadero) hay más casas y vea que están construyendo locales cruzando la calle; hay muchas moscas, llega el mal olor y cuando matan los puercos o las reses grandes el ruido se escucha a distancia”, dijo.
(Rafael Gómez Chi)