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Yucatán

El bien es pensar en grande

Roberto López Méndez

Deón dio su primera clase en el nuevo monasterio construido en la Tierra, y al terminar los discípulos le preguntaron:

-Maestro, ¿cuál es la diferencia entre el bien y el mal?

-A ver, opinen ustedes –les dijo.

-Yo creo que la diferencia radica en lo que se crea, porque el que cree en el bien hace el bien, y el que cree en el mal hace el mal –dijo uno.

-No -explicó Deón- porque muchos que creen en el bien, hacen el mal.

-Entonces tal vez es cuestión de hacer. Si yo hago el bien es que soy bueno, y si hago el mal es que soy malo –dijo otro.

-Tampoco, porque se ha sabido de demonios que aún sin darse cuenta hicieron el bien. De hecho, en Orión el Monumento a la Bondad Impensada de la ciudad y puerto de Atartis se erigió no en honor de un santo, sino de un feroz demonio que al estar asolando la región hizo que todos los habitantes huyeran hacia las montañas, pero eso los salvó de un tsunami que ocurrió poco después.

-Entonces, Maestro, ¿cuál es la diferencia entre el bien y el mal?

-Desde mi punto de vista, la diferencia estriba en que el que cree en el bien piensa en grande, y el que cree en el mal, piensa en pequeño. Ahora se acabó la clase. Piénsenlo y me dan su respuesta mañana – respondió Deón retirándose a su área de descanso.

Al día siguiente los discípulos llegaron ansiosos. Entonces habló el primero:

-Maestro Deón, ya encontré una falla en su razonamiento, porque aquí hubo un dictador muy malo llamado Hitler que pensaba en grande: creía que su imperio, exclusivo para la raza aria, duraría mil años, pero nunca lo logró. El pensaba en grande, pero no pensaba en el bien, sino en el mal.

-No. Hitler no pensaba en grande, sino en pequeño, porque en la Tierra hay muchos pueblos de diferentes razas, y los excluyó de sus proyectos porque quería exterminarlos. Su ejemplo demuestra que el que piensa en pequeño se vuelve un monstruo, un demonio, porque el mal es todo lo que no incluye el bien para todos los demás.

-¿Entonces el que piense en el bien para todos los pueblos de la Tierra es bueno?

-No precisamente.

-¿Por qué no sería bueno si está pensando en grande?

-Alguien que piense así no está pensando en grande. Si tú piensas en tu propio bien, o en el bien de tu familia, o en el bien de la gente de tu partido, o en el bien de los que creen en lo mismo que tú, o en el bien de todos los que viven en tu planeta, en realidad estás pensando en pequeño y en cierta forma eres egoísta. En ese caso, como en otros, pensar en grande sería realmente pensar en lo más grande, que tendría que incluir el bien de todos los pueblos que habitan en todos los confines del universo, donde hay millones de planetas habitados, y anteponer el bien de todos a cualquier otro interés.

Fin.

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