Si vas, vas con todo. No hay que decir: hoy no me va a salir, no. Hay que tener confianza porque esta vida es bella y el simple hecho de estar vivo es una experiencia que hay que aprovechar y disfrutar.
Eso dice Octavio Chávez Campomanes, “Tavo”, quien a sus 20 años reconoce que habla mucho, “hasta por los codos”, dice, pero tal vez sea porque antes no hablaba y, de hecho, se pasó la mitad de su vida, 10 años, sin poder hacerlo.
“Tavo” es en sí mismo un milagro, porque nació en forma prematura a los 6 meses y tiene, explica, parálisis cerebral con hemiparesía espástica, por lo que necesita una silla de ruedas y, con cierta frecuencia, mientras habla, tiene que luchar para que le salgan las palabras, que luego fluyen con la fuerza de un gran río y la elocuencia de alguien que no sólo ha vivido una vida de lucha, sino ha reflexionado como pocos sobre lo que es realmente importante.
-A mí me dijeron “aunque tú quieras, Octavio”, no va a hacer nada”, pero yo dije: El que está arriba es el que tiene la última palabra, así que lo voy a intentar, pero voy a ir con todo. No con limitaciones, las limitaciones están en la mente, pero no en mi mente. En mi mente sólo está: Sí puedo.
–“Tavo”, ¿para qué crees que estamos aquí?
–Estamos aquí para ayudar. Todo ser humano está para ayudar, aportar, inspirar, porque cada uno tiene una historia, y en esa historia, obviamente, algunos van a decir: “Chin, otra vez”. O “Yo por qué”. Pero debe ser al contrario, se debe encontrar la otra parte para decir: “Y por qué yo no”.
A veces creo que vamos por la vida como algo X y decimos: “Un día más, a ver qué pasa”. Y no. Hay que decir: “Un día más es una gran oportunidad”. ¿Para qué? Para alcanzar tus objetivos en la vida, pero eso es cuestión de perspectiva.
Dios nos usa con un propósito
–¿Crees en Dios?
–Yo creo que sin Dios no fuera lo que soy, porque en Él he encontrado que Él usa a las personas como una inspiración y usa a las personas para impactar a otros y no para que digan: “Hay sí, él sí”. No, el punto es que ellos vean y entiendan que si hay una persona a la que le cuesta más trabajo alcanzar sus objetivos, a ti que te cuesta menos, y pues entonces, ¿qué estas haciendo?
–¿Entonces se trata de ayudar a los demás?
–Mira, yo creo que uno empieza a hacer las cosas porque uno quiere hacerlas, pero ya después ves y entiendes que eso no es lo más importante. Lo más importante es abrir una puerta para que otros entren. Ejemplo: yo hoy en día estoy aquí –en la UMSA, donde estudia Comunicación Social-–, porque dije: Yo es lo que quiero seguir. Cuando iba a entrar dije: ‘Chispas, ahora viene algo más grande como es la universidad, y a ver qué pasa. Hoy en día estoy aquí porque quiero estar, pero aparte estoy aquí porque estoy muy consciente y seguro de que atrás de mí hay más, y de que si ven que yo pude, ellos también pueden’.
–¿Entonces vas a abrir la puerta para que otros entren?
–Así es, eso es algo muy importante.
Aprender a ver las cosas
–¿Qué es lo que más te gusta de la naturaleza?
–Todo lo que hay aquí en este mundo es muy padre, porque si hoy ves, aprovéchalo, y que no solamente es ver, es el hecho de aprender a ver las cosas, porque a lo mejor decimos: equis esto, equis aquello, Y no, porque hay personas que quieran estar como tú un minuto de su vida, y no pueden, y tú que puedes, ¿qué carajos estás haciendo con eso? Entonces hay que aprender a ver las cosas, pero no sólo con los ojos, es algo más interno, con el corazón. Entonces eso es lo que he podido ver, y que sobre todo hay que disfrutar el hecho de que estamos aquí, porque el día que ya no estemos, bueno ya será otra cosa, pero mientras estés vivo aprovéchalo, disfrútalo, ámate, apréciate a ti mismo, porque si tú no te aprecias, no va a venir alguien y te va a decir: “Ay, sí mi vida, esto”. No. Yo creo que el que debe de hacer eso eres tú. Igual por ejemplo, a mí me ha tocado mucho esa parte de la que dicen: “Oye, no, estoy mal”, o esto o aquello, pero muchos piensan que su historia es la más mala, y no es así. Hay historias mucho más duras, y sin embargo, ellos no se fijan en lo que no pueden, y sí se fijan en lo que pueden para después encontrar una alternativa en lo que no pueden y ahora sí, hacerlo, pero eso es algo muy importante y se llama perspectiva de vida. Eso es muy importante, porque hoy en día yo puedo decir: que para mí, mi silla de ruedas es algo hermoso, y muchas personas me pueden decir: “Estás mal”. Pero yo lo pienso así, porque mi silla de ruedas me ha enseñado que debo esforzarme no un día, ni dos, ni tres, ni cuatro, sino todos los días que sean necesarios para alcanzar un objetivo, y ver que realmente esto no es más que una herramienta para que yo vaya atrás de lo que quiero. Hoy para mí, mi silla de ruedas es la que me ha hecho ver y entender que esta vida es una, entonces para qué me voy a poner a quejarme: “Ay es que estoy en una silla de ruedas, me voy a poner a llorar”. No, hay que aprovechar, hay que dar gracias porque tú estás, y hoy mismo va a haber personas que ya no van a estar aquí.
La pregunta del millón
Entonces aquí la pregunta del millón es: ¿Tú, que haces estando vivo? Y una vez que encuentres esa parte, es cuando tu vida se vuelve una gran herramienta para otros. Porque yo siempre he dicho: Estamos aquí para aportar, ayudar e inspirar. Todo ser humano está aquí para eso –concluye Tavo, quien se presentó ayer en el Foro Cine Colón en el evento Sin Límites, organizado por la Asociación Yucateca de Deportistas con Parálisis Cerebral, y por la Fundación “Haz que suceda, México”, con el Master Coach Luis Rosado.
(Roberto López Méndez)