Pilar Faller Menéndez
“La descomposición de todo gobierno (u organización)
comienza por la decadencia de los principios
sobre los cuales fue fundado”.- Montesquieu
A casi 74 años de su integración, el 24 de octubre de 1945, se instituyó con el objetivo de no fracasar como ocurrió con la Sociedad de las Naciones establecida en 1919 después de la Primera Guerra Mundial. Se fundó buscando ser una institución que impidiera una tercera guerra mundial y que trabajara por un sistema coherente de gestión global, así como desterrar la violencia y la miseria en el mundo, pero esa llama que quiso ser una luz de esperanza, parece haberse apagado, ya que cada vez su ausencia y su injerencia en conflictos mundiales es prácticamente nula.
Durante la Guerra Fría fracasó con la división del mundo en zonas hostiles, lo cual era su objetivo, y su campo de acción no fue suficiente, y en la actualidad todavía lo es más, ya que atraviesa por serios problemas económicos, funcionando con un sistema rígido, ineficaz y lento. “Los Estados miembros de las Naciones Unidas ya no tienen suficientes recursos para ‘salvar el mundo’, y no quieren emplear los fondos necesarios para crear nuevas instituciones. Aunque se están llevando a cabo discusiones para crear un tribunal en Siria, la ONU es un discurso político en que lo único real es la falta de presupuesto”, declaró a SEMANA, revista colombiana, una experta legal de la ONU que no quiso revelar su nombre.
La estructura de las Naciones Unidas no ha podido hacer frente a los conflictos actuales, y su participación no ha rendido ningún fruto, ya que no se ha modificado ni renovado desde 1945. Puede tomarse como ejemplo el bombardeo ruso en Siria, donde Naciones Unidas no puede intervenir, ya que es un tema político que compete al Consejo de Seguridad, con la ironía de que Rusia es miembro de este Consejo y tiene derecho a veto.
Es por situaciones como la anterior, que es necesario que la organización se renueve y adapte al nuevo panorama mundial tan diferente al momento de su creación, ya que no se avisa muchas posibilidades en el futuro. Se dice que surgirá un debate con el objetivo de reformar el Consejo de Seguridad, pero las grandes potencias como Rusia, China, Estados Unidos, Francia y Reino Unido, que tienen sillas permanentes con derecho a veto, se muestran realmente interesadas en hacerlo, otro motivo más para pensar y constatar que la Organización de las Naciones Unidas va en picada y con peligro de desaparecer, o bien, seguir en un papel decorativo con el objetivo de velar por la paz del mundo, pero sin saber cómo hacerlo y sin el apoyo de las grandes potencias. Un deseo noble que se queda solamente en eso.
Es necesario tomar en cuenta que la problemática mundial ha cambiado y ha tomado nuevas formas, y la estabilidad global tiene nuevas amenazas como el narcotráfico, el terrorismo, los migrantes, así como la proliferación en muchos países de armas nucleares, químicas y biológicas, amenazas que se encuentran dentro de los países que actualmente sostienen guerras internas con el crimen organizado; y pareciera ser que la ONU no ha hallado una fórmula que pueda adaptarse a los problemas actuales, y sigue ausente ante estos problemas que cada día crecen, cambian de forma y se multiplican.
La AFP interrogó al respecto a miembros del Consejo de Seguridad, expertos e integrantes de ONG’s cuyas respuestas fueron las mismas: la ONU ha perdido su credibilidad, ya que su principal objetivo era garantizar la paz en el mundo, y no lo está cumpliendo, pero la preocupación por su futuro parece no ser compartida.
Hay quienes opinan, como el representante británico adjunto en Naciones Unidas, Jonathan Allen, comentó que el Consejo de Seguridad le había fallado al pueblo sirio por la oposición de Rusia, pero que este conflicto no representaba su fin, ya que su acción continuaría salvando vidas y tratando de impedir atrocidades. ¿Cuándo entonces? Sería la pregunta, porque no están presentes en el momento en que son necesarios, y una declaración como ésta es restar importancia a un conflicto serio, que no va a resolverse con dos convoyes de Naciones Unidas para llegar a las áreas sitiadas.
Por otra parte, hay quienes defienden a la ONU cuyo objetivo está en manos de los Estados miembros, ya que no solamente es el Consejo de Seguridad, sino que está constituida por un sistema completo y agencias que se encuentran en los territorios en conflicto para poder brindar ayuda humanitaria, siempre y cuando tengan acceso a las poblaciones, motivo por el cual, la ineficiencia se debe a los Estados miembros.
Estos últimos, probablemente hayan dejado de ver a la ONU como un mediador eficaz en los conflictos mundiales, y lo ven más como una organización de asistencia en territorios en guerra, en las cuales cada país tiene a sus aliados, los cuales presionan de diferentes formas, según sus intereses, dejando fuera a la ONU.
Los críticos del organismo tienen la certeza de que existe una mala planificación en las misiones de paz, y que se envía al personal con un equipo inadecuado, lo cual debilita el prestigio del organismo que ya carece de credibilidad para poder convertirse en un ente capaz de lograr la estabilización regional y mundial.
Los críticos del organismo aseguran que las misiones de paz están mal planificadas y se envía personal con equipo totalmente inadecuado, lo que debilita el prestigio del organismo. Agregan, además, que carece de la suficiente credibilidad para convertirse en un ente de estabilización regional y mundial.
Otros afirman que parte del problema radica en la falta de voluntad política de las principales potencias para dotar de suficientes recursos a la ONU y dar el respaldo necesario en las misiones de mantenimiento de paz, tal vez porque ya no consideren que sea un mediador eficaz para la resolución de conflictos.