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PROGRESO.– A pesar de los fuertes vientos y el oleaje, ayer Progreso tuvo una buena jornada turística que conjugó a los cruceristas del “Carnival” con los paseantes nacionales y locales, quienes gozaron de la arena, el sol y el mar.

Al mediodía, el sol quemante no se percibía a la orilla de la playa por la brisa y los fuertes vientos, lo que permitió a familias completas disfrutar del segundo día vacacional.

Desde el remate del malecón, en la conocida “Casa del Pastel” y hasta el puente de madera del lado Poniente del puerto, se observó la afluencia de paseantes, quienes se tomaban la selfie, posaban en las letras del puerto o simplemente se tendían al sol a dorarse la piel, sin importar la presencia del sargazo.

Las “guaguas” turísticas realizaban su recorrido por el malecón, principalmente a cruceristas, quienes descendían a caminar con curiosidad de ver los restaurantes que se ubican a la orilla de la playa.

Un matrimonio con playeras del “Carnival” discutía si disfrutar de la playa en esa zona del remate o conocer los restaurantes del otro extremo del malecón.

“Amigo, cualquier playa es buena, cualquier restaurante que tú quieras es bueno”, le explicaba el guía.

Los restaurantes no lucían llenos, pero sí con algunas mesas ocupadas y en la playa había bañistas.

Música, mar y arena

Los paseantes locales llegaban preparados para instalarse bajo la sombrilla, con la nevera llena para disfrutar.

Un grupo de jóvenes con entusiasmo bailaba “break dance” sobre la arena y se refrescaba con la brisa marina.

Los venteros dijeron que, si bien había muchos paseantes, las ventas no eran buenas. Kibis, dulces, sombreros, abanicos y todo tipo de recuerdos se ofrecían en la playa.

La novedad fueron las piñas con chile y los vendedores de coco, que tenían buena demanda.

Algunos lamentaron que los cruceristas no pudieran subir alimentos al barco, ya que muchos preguntaban por los dulces tradicionales, pero no compraban nada porque no les permiten llevar comida abordo.

No hubo “acosadores”

El paseo en la banana era otra de las atracciones, además de la música en los expendios de bebidas.

Ayer el puerto tuvo una movida jornada en el segundo día oficial de las vacaciones, con calor, pero con fuertes vientos que refrescaban.

Se observó que ni los masajistas ni meseros y venteros “acosaban” a los turistas, sino que ofrecían una o dos veces su productos y esperaban la respuesta.

Se espera la llegada de más paseantes para el resto de la semana, sobre todo en Viernes Santo.

(Verónica Martínez)

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