Hay que prevenir accidentes espirituales en el templo de nuestro ser

El Arzobispo de Yucatán Gustavo Rodríguez Vega comparó ayer la Catedral de Notre Dame (Nuestra Señora) de París, que fue consumida por un incendio, con nuestra persona, con nuestro ser, que es el templo que Dios quiere habitar, y al que como debió hacerse en ese que ha sido el monumento histórico más visitado de Europa, debemos aplicar medidas de prevención para evitar graves accidentes espirituales, que sí suceden, pero se puede reconstruir.

Dijo también que para reconstruir Notre Dame se necesitarán años, millones de euros y miles de personas, pero para la reconstrucción del templo de nuestro ser se necesitan solamente 5 personas: la Santísima Trinidad, nosotros mismos y el sacerdote.

Por otra parte, comentó que las iglesias de Yucatán no cuentan con un protocolo de seguridad contra los incendios, por lo que hay que pensar en corregir esa omisión, e invitó a los feligreses a dar aviso de inmediato ante cualquier incendio que pudieran detectar.

Esto es textualmente lo que dijo en su homilía del Martes Santo, después de la cual se hicieron las confesiones:

-Estamos reunidos en la Casa de Dios con la finalidad de participar en este acto de fe, precisamente a unos pocos días del gran evento de nuestra salvación: la Pascua de Nuestro Señor Jesucristo. Queremos prepararnos oportunamente para renovar en nosotros la gracia del bautismo que hemos recibido, para que de esta manera la vida nueva de nosotros que se actualizará en nosotros por medio del perdón de los pecados, dará frutos abundantes para nosotros mismos y nuestras comunidades. Les invito a estar con el corazón atento y dispuesto, para este encuentro de amor y misericordia.

La Cuaresma especialmente nos invita a la preparación de la celebración del misterio Pascual. Estamos ya a unos días, pasado mañana, de iniciar la celebración del Triduo Pascual, desde el jueves por la tarde, hasta la mañana del domingo, por la víspera desde el sábado. Nuestra confesión es para celebrar la Pascua. Se cumple hoy con el precepto de la Iglesia, de confesar cuando menos una vez cada año. Pero ojalá que tengamos una confesión más frecuente que nos ayude a corregir a tiempo las desviaciones que tan naturalmente se dan en toda vida cristiana.

Un rincón con la Virgen de Guadalupe

Todos ayer fueron testigos del gran incendio terrible que destruyó la Catedral de Notre Dame, de casi 9 siglos de existencia. Un patrimonio cultural de la humanidad, pero también centro de espiritualidad al que no solamente los parisinos, sino gente del mundo entero llegaba para orar. Y había allá en esa catedral un rincón especial dedicado a la Santísima Virgen de Guadalupe, donde mexicanos, latinoamericanos y muchos otros llegaban a saludar a nuestra Madre del Cielo en su advocación de Guadalupe

¿Qué se va a hacer ahora? Se habla de reconstrucción. Ya el padre Justo me dijo que está preocupado por nuestra Catedral, por buscar las medidas de seguridad que todo lugar como este debe tener siempre a la mano, el personal y el material necesario para reaccionar.

Pero qué se va a hacer con el templo de allá de París, de Notre Dame. ¿Cómo es posible reconstruir?

Somos templo de Dios

En esta parte, don Gustavo señaló:

-La reconstrucción llevará años, la reconstrucción implicará millones y millones de euros. La reconstrucción implicará el trabajo de cientos y miles de personas, pero es mejor estar siempre atento para evitar esos desastres. Y lo mismo pasa con nuestro templo, nuestro ser, con nuestra persona. Tú eres templo de Dios, yo soy templo de Dios, y tenemos que tener medidas precautorias, para evitar graves accidentes espirituales, pero si suceden, tenemos la manera de reconstruir, y no hacen falta millones de euros, y no hace falta años, basta un momento, y no hacen falta cientos de personas, hacen falta 5 personas. Las tres personas de la Santísima Trinidad: el Padre que te llama y te espera con los brazos abiertos, el Hijo de Dios que te redime por su pasión, muerte y resurrección, con su cruz, y la persona del Espíritu Santo que te inspira al arrepentimiento, que te mueve, que te conduce, que te da esa sabiduría y ese don de las lágrimas y el arrepentimiento. La cuarta persona que hace falta eres tú mismo, soy yo, porque Dios no hará nada en contra tu voluntad, de mi voluntad, Él respeta nuestra libertad, y Dios, Dios Padre, puede quedarse con los brazos abiertos, y la redención de Cristo puede quedarse desperdiciada, y la acción del Espíritu Santo puede ser inútil si no hay disponibilidad de parte nuestra. Y la quinta persona es el sacerdote en nombre de la Iglesia para escuchar tu pecado y absolverlo sacramentalmente. Es lo que hoy estamos celebrando. La reconstrucción de nuestros templos, el templo espiritual que somos cada uno de nosotros, donde Dios quiere habitar. Démosle gracias al Señor por su obra y por la obra de la Iglesia. Démosle gracias al Señor porque si están ustedes aquí es porque el Espíritu nos ha movido para venir a encontrar los brazos abiertos del Padre, para venir a disfrutar de los frutos de la redención, de la gloria de nuestro Señor Jesucristo, que así sea.

Sin protocolos de seguridad

Entrevistado luego, el Arzobispo dejo que en términos generales las Iglesias de Yucatán no tienen protocolos de seguridad, aunque algún párroco precavido pueda tenerlo, pero hay que tener esas medidas para evitar la tragedia de París en la medida de lo posible. Invitó a los feligreses a que si detectan algún incendio, den aviso de inmediato para evitar daños mayores, y finalmente dijo que la gran mayoría de los templos son patrimonio de la nación, pero les correspondería a ellos, los sacerdotes, la reacción inmediata ante un incendio.

Señaló asimismo que toda la Cuaresma es un tiempo que nos invita a la conversión, y ahora que ya estamos a unos días de celebrar el misterio pascual, pues es oportuno celebrar la confesión.

-Es ante todo un signo, un acto simbólico donde el obispo con sacerdotes y la comunidad celebra este acto, esta liturgia de la Palabra de la Reconciliación, porque en realidad, pues aquí en catedral todos los días hay confesiones, y hay varios sacerdotes confesando, pero ahora de una manera extraordinaria por ser la Semana Santa, aumenta el número de confesiones en un 50% -concluyó.

(Roberto López Méndez)