La construcción de vivienda económica está paralizada en el país desde hace varios meses debido a la cancelación del programa de subsidios y a falta de un esquema que lo supla, manifestó ayer el presidente saliente de la Canadevi, Carlos Medina Rodríguez, recién nombrado coordinador de la Zona Sureste de la Confederación Nacional de Cámaras Industriales (Concamin).
Hizo notar que existe el compromiso federal de poner en marcha un modelo de mayor cuantía crediticia para los trabajadores, lo que supliría el programa de subsidios, pero hasta la fecha no se ha concretado.
–Es algo complicado lo que enfrentan los desarrolladores de vivienda y los propios trabajadores, ya que el programa eliminado de subsidios lo trabajamos por 15 años y servía para que la gente que ganaba menos de 8 mil pesos pudiera acceder a una vivienda, acotó.
Hizo notar que la nueva administración federal ha dispuesto 400 millones de pesos a través del Infonavit para aliviar el problema, pero apenas hace una semana se abrió el registro y se está en espera de que se liberen los recursos.
Monto limitado
Indicó que, si bien este apoyo ayudará a un sector de los trabajadores que devengan bajos sueldos, el monto es muy limitado y se necesita de un programa más amplio y efectivo.
Dijo que él como parte del Consejo del Infonavit trabaja con los sectores empresariales y de gobierno para implementar un esquema que busque aumentar la capacidad de compra del trabajador y, de esa manera, suplir el subsidio tradicional para la vivienda económica.
Subrayó que este esquema sería el adecuado porque el trabajador por sus propios medios podrá adquirir su casa sin necesidad del subsidio, además de que sería algo establecido y no sujeto a los vaivenes del presupuesto.
–Estamos trabajando en ello y posiblemente se presente en el Consejo de este mes de abril y esperamos que, a principios del segundo semestre, se tenga ya una solución adecuada para la gente que menos gana, apuntó.
Impacto negativo
Medina Rodríguez sostuvo que la suspensión del subsidio y la falta de un programa que lo sustituya han impactado negativamente entre los trabajadores de bajos ingresos y entre los desarrolladores de ese tipo de vivienda, quienes prácticamente tienen paralizada esa actividad porque no tendrían a quién venderle las casas.
El subsidio se agotó desde octubre del 2018 y, a cinco meses, seguimos esperando para poder entregar la vivienda a quienes más lo necesitan, resaltó.
Por parte de las empresas –subrayó–, están parando toda la vivienda social al no tener una certeza de poder entregar a la gente trabajadora; no se está invirtiendo y ello también se traduce en desempleo.
(Rafael Mis Cobá)