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Yucatán

Seguir el ejemplo de Cristo, cada día y en cualquier lugar

No basta ser bautizado para ser oveja de Cristo, el que quiere ser parte de su rebaño debe esforzarse por llevar en su vida las enseñanzas del Señor, pensar cada día y a cada momento: “Señor, tú qué harías en mi lugar, quiero comportarme de acuerdo a tu enseñanza, quiero vivir, como tú esperas de mí”, dijo ayer el Arzobispo de Yucatán, Gustavo Rodríguez Vega, en la misa de confirmaciones que ofició en la iglesia Catedral de esta ciudad.

“Para ser oveja de Cristo, hay que seguirlo, hay que ser fiel a Cristo”, dijo el Arzobispo en su mensaje a los feligreses.

“Yo soy el buen pastor, conozco a mis ovejas y ellas me siguen”.

Padre Justo, Diácono Alberto, religiosas, seminaristas, jóvenes que van a ser confirmados, hermanos y hermanos todos muy queridos en Cristo nuestro señor.

Cuarto domingo de Pascua, domingo del Buen pastor. Alguien podría pensar, Jesús pastoreó tres años de vida pública, pero ahora ¿cómo? Él sigue siendo el buen pastor a través del Papa, de los obispos y de los sacerdotes, cada vez que un buen ministro, un buen pastor de la Iglesia enseña cómo debe hacerlo y tiene una vida ejemplar, entonces Cristo, el buen pastor, se hace presente a través de su ministerio.

¿Qué pasa cuando faltan los sacerdotes? Hay lugares donde no los hay, qué pasa cuando el ministro, el sacerdote tiene un testimonio malo, equivocado, un mal comportamiento, donde falta el sacerdote o dónde vaya el sacerdote, ahí está Cristo.

Donde se hacen las cosas bien, él es el que las hace, donde se hace las cosas mal, él es el que las remedia: “Yo soy el buen pastor, conozco a mis ovejas y ellas me siguen, para ser oveja de Cristo no basta ser bautizado, hay que seguirlo, el que es fiel a Cristo, el que quiere ser parte de su rebaño, piensa cada día, piensa a cada momento: “¿Señor, tú qué harías en mi lugar?, quiero comportarme de acuerdo a tu enseñanza, quiero vivir como tú esperas de mí, esa es una oveja de Cristo, quien se esfuerza por llevar en su vida las enseñanzas del Señor.

En la primera lectura escuchamos el testimonio de dos buenos pastores excelentes, Pablo y Bernabé, quienes evangelizaron Antioquía (la segunda ciudad en importancia, donde hubo una gran comunidad cristiana), la siguiente fue Roma, pero por lo pronto, Jerusalén y luego Antioquía fundada por la evangelización de Pablo y Bernabé y que fue su centro de misiones. Desde ahí salían a los distintos lugares donde iban a misionar, pero fue su propia comunidad, escuchamos aquí cómo fueron expulsados por los judíos, pero la comunidad ya estaba sólida y ellos regresaron en varias ocasiones, sin que las autoridades se dieran cuenta, ahí en Antioquia, fue la primera vez que los discípulos recibieron el nombre de cristianos y poco tiempo después alrededor del año 100, los discípulos recibieron el título que aún conservamos de católicos, ahí mismo en Antioqupía.

Buenos pastores, en la iglesia siempre ha habido y hay, pero es Cristo Buen pastor, el que a través de ellos sigue ejerciendo su ministerio y sufriendo donde no hay o donde alguien falla. También Pedro fue un gran pastor reconocido, primero en Jerusalén, luego en Antioquía y finalmente en Roma, que fue donde dio su vida por Cristo y por eso los siguientes obispos de Roma han estado al frente de toda la Iglesia universal.

Hoy en la fiesta del Buen Pastor estamos celebrando en Yucatán el Día del Seminario de Yucatán y aquí están algunos seminaristas que les van a decir quiénes son y qué hacen y qué es el Seminario Mayor, el discipular y tres alumnos del seminario menor que se van a presentar. Hoy nuestra oración y la colecta serán para nuestros seminarios.

El primero fue Isaac, del Seminario Menor, está en primero de preparatoria y vengo a pedirles su apoyo y oraciones porque son muy importantes para nosotros su colaboración espiritual para continuar con las vocaciones y con sus oraciones y su apoyo es más que suficiente para cumplir con nuestra misión en la vida.

Rubén Chávez, alumno del segundo curso del Seminario Menor, pidió también a los presentes que colaboren en la colecta para el seminario; finalmente, otro alumno del seminario dijo que con esa ayuda, los seminarios pueden mantener sus estudios, sus alimentos y si conocen a un adolescente con la inquietud de ser sacerdote que lo envíen al seminario, pues es una experiencia muy bonita y descubrir lo que quiere Dios de él”.

(Víctor Lara Martínez)

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