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Jorge A. Franco Cáceres

Los partidos políticos experimentan el miedo a la Transformación Republicana (TR) en sus vidas internas, pero también lo evidencian de diferentes modos en sus acciones públicas. Lo paradójico de la situación es que tienen aún líderes tradicionales que reclaman la conducción de iniciativas transformadoras, sin dar visos de compromisos democráticos para modificar radicalmente sus organizaciones.

Cuando se observa lo que sucede en las organizaciones con representaciones minoritarias en los poderes estatales, especialmente en los casos en que el miedo a la TR se ha tornado irracional, es decir, pasional y perverso al extremo de aniquilar las plataformas tradicionales y las tradiciones partidistas, quedan pocas dudas de que se trata de pánico político al Cambio Democrático (CD). Sin embargo, hay varias preguntas que proceden para entender un poco más sobre esta cuestión.

I) ¿Pueden las oposiciones reactivas evitar las iniciativas de Transformación Republicana en México?

Pueden interferir e, incluso, evitar algunas iniciativas públicas en las que la Presidencia de la República o la mayoría del Congreso de la Unión requieran de sus participaciones, pero no pueden hacer nada ante las transformaciones republicanas que no pueden controlar, así recurran al golpismo presidencial o al concesionismo legislativo.

II) ¿Tienen las oposiciones reactivas pánico al Cambio Democrático en México?

Los partidos con representaciones en los poderes: PAN, PRI, PRD, MC, etc., son los que más sufren esta patología y suelen entrar en pánico ante las siguientes posibilidades de su entorno político:

1) Ante los cambios internos que están bajo sus controles y dominios. Si pueden evitar hacer modificaciones en sus vidas partidistas, sin duda sus líderes y sus militancias las evitan; se mantienen así como partidos rutinarios, de hábitos tradicionales, a disgusto con la variedad republicana, e indispuestos a probar cambios democráticos. Pretenden la estabilidad anquilosados en rutinas burocráticas, procurando que los cambios internos sean los menos y lo más diminutos posibles.

2) Ante las transformaciones externas que están fuera de sus controles y dominios. Sus líderes y sus militancias procuran rechazos individuales, negaciones pasionales y reacciones perversas. Y cuando al fin asumen que, por más que las repudien o difamen de modos golpistas, las iniciativas transformadoras están incidiendo en la realidad política y social, presentan fuertes dosis de ansiedad concesionista, que se evidencia desde la angustia colaboracionista hasta los desplantes pánicos de sus líderes y representantes en los foros públicos.

III) ¿Por qué temen las oposiciones reactivas a la Transformación Republicana en México?

La TR requiere del cambio democrático, es decir, la renuncia al partidismo clientelar anquilosado y corrupto para darle cabida al nuevo partidismo democrático. Para cambiar hacia ella, los partidos tienen que dejar atrás procesos internos de difícil desprendimiento. Esto significa que hay riesgos que, por más pequeños que sean, entrañan siempre dos posibilidades: 1) que les vaya bien a los partidos como organizaciones viables en las elecciones o 2) que les vaya muy mal en el asunto. En pocas palabras, respaldar las iniciativas públicas de la TR implica arriesgarse sin garantías de que las modificaciones partidistas en términos del cambio democrático realmente respaldarán sus vidas internas y sus acciones públicas.

Resta señalar que no hay denominación específica para el miedo manifiesto que padecen PAN, PRI, PRD, MC, etc., debido al reclamo popular de participar como oposiciones responsables de las transformaciones republicanas a partir de cambios democráticos en sus vidas partidistas. Sufren este pánico a diario y al extremo de que sus líderes intentan lo imposible por mantener los cambios señalados lejos de sus vidas internas.

Por esta razón, sabiendo que sus convivencias internas no son consecuentes con el CD, y que muchas de las iniciativas de la TR pueden ser perjudiciales para sus líderes actuales, resulta obvio que se resisten tanto a las modificaciones de sus rutinas internas que se han reducido al papel de oposiciones reactivas. Nada es más lamentable pero cierto hoy día en los casos de los partidos señalados.

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