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Hemos visto el amor de Dios en Florita, Teresita y Nilma, dijo ayer el padre Óscar Herrera Vargas al oficiar la misa de acción de gracias por los 65 años de vida religiosa en la comunidad de Jesús María de las madres Flora de Jesús González Torre y María de Santa Cecilia (Teresa) Ochoa Godoy, y por los 25 de la madre Nilma Herrera Caamal.

Y allá, en la cancha techada del Colegio Mérida, ante alumnas, padres de familia, maestras y religiosas que ocuparon todos los lugares reservados para la ceremonia, el padre Oscar agregó:

-El día de hoy es un día de acción de gracias, por eso queremos decirle a Dios con esta misa: gracias, porque hemos visto su amor no solo en tres religiosas, sino en muchísimas de ustedes también, que dejaron sus casas, dejaron sus países y se fueron a los lugares a donde Dios las quiso mandar, en situaciones como la de Sri Lanka, en situaciones de diferentes formas, y han sabido que están hoy dando un sí, y ese sí es un sí que sostiene, un sí en el que le damos gracias a Dios, un sí que fortalece nuestra fe, un sí que en esta mañana permite brillar, como la ofrenda de esta misa a Dios nuestro Señor, toda esta expresión de amor que a través de ellas ha derramado en nosotros su pueblo. Señor, escucha nuestra oración y concédenos a los que confiamos en ti estar siempre atentos a tu proyecto de amor.

Dijo también:

-Dentro de un rato levantaré la eucaristía y se la presentaré a todos ustedes con la idea de que cada uno de nosotros desde su lugar, levante los ojos de su corazón y su fe y se pregunte delante de Dios a qué los está llamando, porque a todos nos está llamando a diferentes acciones. A los que ya somos abuelos nos invita a unas cosas, a los que somos papás nos invita a otras cosas, a los que somos hijos nos invita a otra cosa para comprometernos y para decir sí. Esto es lo que nosotros hoy decimos, expresamos y presentamos como la fecundidad de vida en Cristo. Por eso Dios siempre llama para vivir dentro de una comunidad, y quiere que vivamos siempre dentro de una comunidad. La primera comunidad se llama matrimonio, la segunda se llama familia, la siguiente son las pequeñas comunidades parroquiales. La congregación religiosa es una pequeña comunidad. Un centro pastoral es una pequeña comunidad en formación para llegar allá.

Tenemos que dar fruto

Y en cada uno de esos lugares, nosotros tenemos que tener una vida fecunda, y tenemos que dar fruto, el fruto como hoy se ha preparado en los terrenos humanos. El fruto hoy se prepara con la condición de Dios que se llama lluvia. Si no llueve hay oraciones, que como pueblo hemos hecho de las rogativas, para pedirle a Dios el encuentro. Cuando no ha llovido se hacen las rogativas, que son 9 rosarios a Dios Padre, 9 rosarios a Dios Hijo, 9 a Dios Espíritu Santo, con todas sus ceremonias, con sus acciones para pedírselas a Dios. Y creo que, comunidad hoy presente, Dios nos está invitando a que hay acciones que hacer, pero hay acciones que son básicas. Hoy las instituciones básicas están siendo cuestionadas. La primera se llama matrimonio. La familia está siendo muy atacada desde diferentes maneras, y nosotros necesitamos aprender a dar primero el testimonio de estas dos comunidades de una manera completa, en una expresión cabal del amor.

Aquí ustedes, niñas, adolescentes, jóvenes, de la espiritualidad de Jesús María, tienen que prepararse para el mundo de hoy: como profesionistas, como madres de familia, como esposas, en medio del mundo de hoy, para dar la misma respuesta que hace 65 años se dio, que hace 25 años se dio, y que hoy estamos esperando, sí. Y que hoy en oración todos, poniendo nuestro testimonio tenemos que pedirle a Dios que se logre: confiar porque creemos en la Palabra de Dios, que Dios nos escucha, que Dios nos responde: cada uno de nosotros desde su lugar, tiene que dar la respuesta. Cada uno desde donde está, tiene que poner lo mejor de nosotros, y pidámosle a Dios que nos siga bendiciendo.

Hay obras muy importantes dentro de nuestra iglesia, como la formación de la juventud. En el momento que en la comunidad está siendo atacada con ideas, con intimidaciones de muchas cosas diferentes al evangelio. Y hace falta y necesitamos gente que se comprometa en todos los medios para poder dar la respuesta que se pueda dar. Le pido a Dios que nos brinde la sabiduría, le pido a Dios que nos permita mover los corazones para que puedan responder.

Finalmente el padre Óscar señaló:

-Como comunidad de Jesús María ponemos en tu corazón nuestra gratitud por los años de vida religiosa de las madres. Florita, Teresita Ochoa y Nilma, reciban la fuerza del Espíritu Santo para que puedan continuar con su misión de amor a Cristo.

Hacia el final de la misa, las 3 madres renovaron una vez más sus votos religiosos, recibieron el aplauso cariñoso de toda la concurrencia, y después hubo un festival con canciones interpretadas en su honor por las propias alumnas de los diversos grados del colegio.

(Roberto López Méndez)

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