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Joaquín Vázquez Avila y Fernando Zapata, 45 años de ministerio

Los encomienda el Arzobispo a San Bernabé Apóstol

Al oficiar en el templo parroquial de la Ascensión del Señor la misa de acción de gracias por el 45 aniversario de ordenación sacerdotal de monseñor Joaquín Vázquez Avila y del padre Fernando Zapata, el Arzobispo Gustavo Rodríguez Vega señaló que “nos reunimos para darle gracias a Dios por 45 años de ministerio sacerdotal, y confluye este festejo en la fiesta de San Bernabé, que es patrono de la ciudad de Mérida”.

–Y a San Bernabé queremos encomendarle el ministerio de esos dos sacerdotes, que celebran su aniversario. Todos somos llamados a ser sal de la tierra y luz del mundo, pero especialmente sus ministros. Se espera siempre de nosotros los ministros, lo mejor. Se espera de todo cristiano, pero quizá muchos no tengan la conciencia de este llamado. Llamado para dar sabor a esta tierra, luz para iluminar las tinieblas de este mundo.

Acompañado como concelebrantes por el Arzobispo Emérito, Emilio Carlos Berlie Belaunzarán, y por el Obispo Auxiliar, Pedro Mena Díaz , así como por varios sacerdotes, el Arzobispo Gustavo continuó:

–Yo quisiera resaltar de San Bernabé que es considerado como apóstol, aunque no era uno de los 12, y quisiera destacar su capacidad para aceptar a las personas y para descubrir los valores que hay en ella. Como cuando fue a la Antioquía y vio todo el fervor de la gente recién convertida, y para continuar su labor evangelizadora fue a traer a San Pablo para que le ayudara. Pero resulta que San Pablo todavía no era digno de confianza para muchos, porque había sido perseguidor de la Iglesia.

Bernabé confió en él, creyó en él, y lo trajo consigo para esa misión en Antioquía, la segunda ciudad en importancia después de Jerusalén que fue evangelizada: una ciudad muy importante donde los discípulos recibieron el nombre de cristianos, en tiempo de San Pablo y San Bernabé, y donde después 50 o 60 años después recibieron el nombre de católicos en tiempos de San Ignacio de Antioquía. Una magnífica comunidad, que en oración descubrió que Dios quería que se separase a San Pablo y a San Bernabé para una misión que les iba a encomendar. Misión de salir, misión de ir a otras ciudades a predicar, a guiar la buena nueva. Y al igual que San Pablo, Bernabé también fue el autor de acercar a los paganos a la fe. De abrir para ellos la luz del Evangelio.

Ahora bien, después de alguna misión que realizaron él y San Pablo, llevando al joven Marcos, el después gran San Marcos, el escritor del segundo evangelio, lo llevaron a la misión, pero a medio camino se regresó por algún asunto familiar. El caso es que en la siguiente misión, Pablo no quería que los acompañara Marcos porque dijo: este muchacho se nos va a devolver. Y Bernabé insistió tanto que cada quien agarró para un rumbo distinto.

Los santos también discuten

Los santos también discuten, los santos también tienen opiniones distintas entre ellos buscando siempre la mejor, y entonces Bernabé se fue con Marcos a continuar la misión. Él creyó en San Marcos a pesar de lo que había sucedido antes, que los abandonó en media misión, porque qué fácil es clasificar a una persona y no sacarla de esa clasificación, qué fácil es negar una segunda oportunidad. Bueno, Bernabé nos da ese ejemplo, confía en Pablo, y miren el gran santo que fue; confía en Marcos, y miren el gran santo que fue. Y él continuó su vida apostólica hecho sal de la tierra y luz del mundo. Y así han sido estos 45 años de fecundo ministerio en los distintos encargos, encomiendas diocesanas o nacionales como las que llevó el padre Fernando por tanto tiempo y ahí en esos espacios, y la grandísima responsabilidad de monseñor Joaquín Vázquez, de estar al frente del Seminario de esta arquidiócesis, y luego de ser Vicario General. Es pues una vida ejemplar para todos nuestros hermanos sacerdotes, para todos nosotros, pero particularmente para los sacerdotes más jóvenes, estos hermanos nuestros han sido esa sal, han sido esa luz, para que vean que se puede seguir perseverando siempre con la gracia de Dios.

Te deseamos a ti, monseñor Joaquín, y al padre Fernando, el mejor camino a continuar con la bendición de Dios, con la intercesión de San Bernabé, que está tan señalado para ustedes por haberse ordenado precisamente en su fiesta. Dios los bendiga.

(Roberto López Méndez)

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