Jesús Solís AlpucheUna buena noticia
El 3 de mayo, Diario POR ESTO! publicó mi trabajo entre pescadores de Dzilam: “Inicia Debate por la 4aT y la Transformación del Sector Pesquero.
Hoy nos amanecimos con la buena noticia de que Cepesca abrirá Ventanilla para la renovación de permisos pesqueros en Yucatán y que los nuevos expedientes de pesca se integrarán aquí en Yucatán, pues anteriormente las gestiones se remitían a Mazatlán, Sinaloa. (Por Esto! 13 de junio, páginas 5 y 6).
A fines de abril, iniciamos una serie de reuniones con grupos pesqueros, de Dzilam a Celestún, en las que quedaron de manifiesto varias denuncias de irregularidades en la administración de los permisos que se dice, en su mayoría, controlan capitalistas que no son pescadores, mismos que son los responsables de la depredación de las especies marinas y la comercialización del producto en el mercado nacional, cuyo acceso a la comercialización es exclusivo de los mismos empresarios y permisionarios.
Auténticos pescadores expusieron que en las temporadas del pulpo estos mismos “empresarios de la producción pesquera” atraen cientos de pescadores de otros puertos, incluso de otros Estados, con tal de extraer el producto cayendo en terrenos de la depredación con formas prohibidas, como la pesca a base de arpón, un sistema que también está propiciando exterminio de las especies más valiosas del mar patrimonial que los porteños consideran su patrimonio. (Por Esto! 22 de mayo).
Es importante destacar que, según averiguamos, no tenemos políticas pesqueras claras, coherentes y realistas. Urge la definición de una política que incluya la participación formal de los representantes de los diferentes sectores de la actividad pesquera, política cuyo objetivo prioritario sea promover seguridad social y laboral, que dé estabilidad a los productores y a la vez sustentabilidad del uso de los recursos pesqueros con un reordenamiento de las normas vigentes que las haga coherentes, complementarias y más sencillas en su aplicación.
Las actuales medidas de conservación -como vedas biológicas, establecimiento de cuotas, fijación de tallas mínimas, y dimensión y característica de los artes de pesca- deben convertirse en prácticas de manejo. Pero además hay una fuerte tendencia al favoritismo en la autorización de estos permisos, lo mismo que a la posibilidad de transferirlos o venderlos, lo que ha propiciado varias formas de corrupción, ya que quienes obtienen los permisos son quienes tienen acceso a los financiamientos que el gobierno otorga para estimular la producción.
Una buena Ley de Pesca debe velar porque apoyos y estímulos lleguen a los verdaderos productores y no sólo a los monopolios de estos permisos que deben ser rescindidos, una RENOVACIÓN justa y democrática en este peligroso trabajo, y por la conservación, sustentabilidad y equilibrio ecosistémico de mares y las costas mexicanas, por el incremento del valor agregado y de las plazas laborales con ocupación estable en tierra firme y en el mar, y porque las operaciones pesqueras sean eficientes y con buena calidad de capturas. Fundamentalmente, debe estimularse la inversión.
Es urgente establecer una política pesquera nacional y planificar el desarrollo pesquero para el corto, mediano y largo plazo.
Hemos iniciado un proyecto de Unión Nacional de Productores de Alimentos con visos serios a la búsqueda de nuestra soberanía y autosuficiencia alimentaria en el país. La soberanía alimentaria se puede definir como el derecho de los países y los pueblos a determinar sus propias políticas agrarias, de empleo, pesqueras, alimentarias y de tierra, de forma que sean ecológicas, sociales, económicas y culturalmente apropiadas para ellos y sus circunstancias únicas. Esto incluye el verdadero derecho al trabajo, a la alimentación y a producir los alimentos, lo que significa que todos los pueblos tienen el derecho a una alimentación sana, nutritiva y culturalmente apropiada, y a la capacidad para mantenerse a sí mismos y a sus sociedades, por lo que se requiere una política de planeación seria.
Autoridades y dirigentes del sector pesquero aparentemente creen que el recurso del mar patrimonial es de ellos y no de todos los mexicanos. La rigidez con que califican de “furtivos” a quienes ellos mismos les han negado los registros de permisos es inaceptable.
Conozco gente del mar que tienen más de 20 años solicitando permiso como el Tata José Medina y otros como los de la Cooperativa Mar y Tierra Brava de Dzilam que tienen más de cinco años gestionando con todos los requisitos, y esto es lo que debe de cambiar, que el trabajo de la producción pesquera se pueda socializar y ya no sea por favoritismo.
Nuestra gente tiene esperanza en que la 4ª.T, a pesar de todo, llegue a Yucatán y acabe con los privilegios y conforme a derecho, la justicia llegue a los pescadores, que aquí siguen sufriendo muchos abusos, mismo por lo que piden cambios verdaderos y no maquillados, ya que si no se rompen los monopolios y se sigue con los mismos lineamientos, sin planificar la producción democráticamente, tanto en la tierra como en el mar será imposible recuperar nuestra autosuficiencia alimentaria y la soberanía nacional seguirá amenazada por la dependencia de las importaciones de alimentos.