Síguenos

Última hora

Por irregularidades, expulsan a 26 empresas de Jóvenes Construyendo el Futuro en Campeche

Yucatán

Opera dramática de sólo una hora y 15 minutos de Pietro Mascagni con un reparto de primer nivel

Roldán Peniche Barrera

La enorme resonancia de esta pequeña gran ópera de Mascagni a partir de su estreno mundial en 1891, la hizo volar a Alemania e Inglaterra de inmediato, y ese propio año del 91 ya había cruzado el “gran charco” y la teníamos en América (Filadelfia, Chicago y Nueva York). Su estreno en el viejo “Peón Contreras” no ocurrirá sino hasta abril de 1895, mas, al parecer, erróneamente se le toma por zarzuela al formar parte del repertorio zarzuelero del muy conocido en Mérida Isidoro Pastor y su compañía, quien la incluye entre El pompón, ¡Como está la sociedad!, La tela de araña, El milagro de la Virgen y La tempestad. (Sólo Cavallería y La Favorita, de Donizetti, introdujo el director Pastor como óperas). Se dice que había tanto calor en el Peón Contreras esa tarde que la compañía hubo de trasladarse al más fresco Circo Teatro Yucateco para proseguir su temporada.

Y en enero de 1898 la Compañía de Zarzuela Subirá la pondrá de nuevo y también en el 99. Finalmente, para concluir con las presentaciones de Cavallería Rusticana en el siglo XIX, la compañía Austri-Palacios ofreció en el Peón, “la que fue dada en beneficio de Josefina Vélez y que, según opinión de La Revista de Mérida, fue la obra mejor interpretada por la Compañía Infantil, en la que la Vélez se lució notablemente”.

Anteanoche: 119 años más tarde

El teatro estaba hasta los topes. Y es claro, era la primera función de esta bella y dramática ópera de Pietro Mascagni, del que dicen que sólo basa su fama en ella, ya que las demás que escribió no permanecieron en los grandes repertorios. Es una de esas obras veristas de finales del siglo XIX, exaltada con la hermosa música de Mascagni y las dramáticas escenas de los libretistas. No acostumbramos contar en nuestras crónicas los argumentos de las obras, pero sí especificar en este caso, que lo que en ella sucede es un retrato fidelísimo de la conducta de la sociedad siciliana de ese tiempo. Es de observarse que tratándose de personajes modestos, el vestuario de los actores y actrices resulta un poco demasiado ostentoso. Cuanto a las voces todas devienen de gran sonoridad: Eugenia Garza, soprano (Santuzza), Lydia Rendón Mezzosoprano (Lola, mujer de Alfio), Linda Saldaña, Contralto (Madre de Turiddu), Rodrigo Garcíarroyo, tenor (Turiddu, aldeano de regreso del ejército) y Jesús Suaste, Barítono (Alfio, carretero).

Como se ve, son cinco los principales protagonistas de la obra, que consta de sólo 2 cuadros y dura apenas una hora con quince minutos. Una de las óperas más breves que hayamos visto, pero al mismo tiempo, una de las grandes en espíritu, en musicalidad y en el argumento apropiado para aquella gente decimonónica cundida de prejuicios, de austeridad psíquica y ¿por qué no?, de hipocresía. Creo con sinceridad que en sus papeles, los cinco protagonistas cumplieron a cabalidad, cortejados del sonido armonioso de nuestra sinfónica conducida por el Mtro. Lomónaco.

Los estupendos coros de la Mtra. María Eugenia Guerrero

Párrafo aparte nos merece la extraordinaria actuación de los coros entrenados y dirigidos con la mano maestra de María Eugenia Guerrero, voces que dieron fuerza y realce a todo el conjunto operático. ¡Gracias, maestra Guerrero por esa actuación de oro!

Prolongamos nuestros parabienes a los demás Creativos y Realizadores sin cuya exitosa y ardua labor la obra no habría lucido como lució. Las interminables ovaciones fueron el corolario esperado al final de la función.

Siguiente noticia

Presa Yuribia pierde el 50 % del agua por las fugas