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Denuncian a exalcalde de Valladolid por presunto desvío millonario en el cenote Zací

Yucatán

Pareja municipal amasa fortuna

MAXCANU, Yucatán, 20 de junio.- Camilo May Cauich y su esposa, Reina Marlene de los Angeles Catzín Cih, en los tres mandatos que han tenido como presidentes municipales en esta localidad cada uno, (actualmente ella es la jefa de la Comuna), han cambiado sus vidas y después de ser un matrimonio de comerciantes ambulantes pobres que vendía pan y huevo en las calles, casa por casa, en tiendas de abarrotes y en las comisarías, ahora son inmensamente millonarios al tener en su larga lista de propiedades varios ranchos, ganado de lidia, plaza de toros, cientos de hectáreas, concesiones de taxis, purificadoras de agua, taller mecánico, agencias de cerveza, y todo no exclusivo de Maxcanú, sino también de Chocholá y otros municipios, según ha podido conocer a través de investigaciones periodísticas del POR ESTO!.

Bien dicen que la política es sólo un trampolín para muchos, porque se sirven con la cuchara grande cuando le entran a ese jugoso negocio, y en este municipio no ha sido la excepción pero, lo triste es que la gente tiene miedo de hablar porque le teme a este matrimonio que durante seis gobiernos ha estado al frente del Ayuntamiento y se han vuelto inmensamente poderosos y millonarios.

Por ello, un grupo de ciudadanos, cansados de tanto abuso, espera la llegada del Presidente de la República el próximo sábado para hacerle de su conocimiento lo que se vive en Maxcanú.

Ahora tienen ranchos con ganado fino (toros de lidia) que rentan en distintos puntos del país, maquinaria pesada que rentan, un enorme taller mecánico en el que reparan los vehículos del Ayuntamiento, permisos de taxis, (dos ruta Mérida- Kinchil, dos más de Mérida a Chocholá, otros dos de Mérida a Maxcanú, dos que salen de la comisaría Kochol a Mérida y otros dos también de la comisaría de San Rafael a Mérida y uno de Chunchumil a Mérida), casas y hasta un panteón privado y muchas cosas más pero que, para evadir a las autoridades cuentan con prestanombres, aunque, de todo se entera el pueblo y lo comentan en todo el territorio de esta localidad, pero no todos se atreven a hablarlo en entrevista porque dicen que la señora presidenta es muy vengativa, lo que integrantes de esa misma familia lo ha confirmado en entrevista con esta casa editorial.

Aunque, no sólo son dueños de lo antes mencionado, porque también cuentan con la plaza de toros en la que organizan bailes, charrerías, y todo tipo de eventos en los que cobran miles de pesos por autorizar el uso de esas instalaciones.

Estos dos personajes, a decir de su propia familia no terminaron ni la secundaria y han gobernado a más de 20 mil habitantes pero, los apoyos nunca han llegado a las 13 comisarías (Chunchumil, Kanachén, Kochol, Paraíso, Santa Rosa, Santo Domingo, San Rafael, San Fernando, Santa María, Granada, Chactún, Chan Chocholá y Cohuila), como debería de ser. y mucho menos a los más necesitados.

Esta localidad está llena de agencias de cerveza, cantinas y “clandestinos”, por llamarles así, pero no son tan clandestinos porque el mismo Ayuntamiento sabe dónde operan y saben que lo hacen día y noche, sin embargo, parece ser que son intocables, toda vez que ni la Secretaría de Salud en el Estado ni la Secretaría de Educación (sic) han querido proporcionar información solicitada sobre las acciones que han emprendido contra estos negocios, toda vez que violentan las propias leyes al estar pegadas a nomás de 50 metros unas con otras, frente a escuelas, campos deportivos y oficinas, tal como lo prohíbe la misma Ley de la SSEY.

 

Algunas propiedades

La Placita cuenta con 10 locales en renta, propiedad de Reyna Marlene Catzín Cih, localizada en la calle 19 entre 20 y 22 en el Centro; A un lado se encuentra un sitio de taxis Maxcanú-Comisarías, propiedad de Camilo May Cauich.

La casa de este matrimonio de dos pisos, con sistema de video-vigilancia en la calle 22x21 y 19; taller mecánico "La Bendición", localizado en la calle 15 x 20 y 22 en el que se trabaja la hojalatería, pintura, mecánica en general, renta de vehículos para fletes, (taxis y autobuses), renta de maquinaria pesada y de carga, cuyo administrador es Camilo May Catzín, hijo de este matrimonio político.

También en su larga lista de propiedades tienen el Rancho Santa María, en Chocholá, propiedad de otros de los hijos de Camilo y de Marlene, mejor conocido como “Tallin”, en cuyo lugar cuentan con toros de lidia y que rentan para corridas y torneos de lazo. Asimismo, son dueños de una purificadora de agua cuyo dueño es Camilo May Catzín, y que se ubica a un costado del taller mecánico en mención.

Estas son algunas de las propiedades tan sólo en Maxcanú, entre las que también destacan decenas de terrenos ejidales de los que se han apropiado a través del tiempo en que han encabezado al municipio como titulares del Ayuntamiento, sin embargo, es bien sabido que cuentan con muchas más en Chocholá y otros puntos del estado.

Los millones cambiaron la vida de Camilo y hasta a sus hermanos y a su madre olvidó.

Investigaciones periodísticas revelan que Camilo May proviene de una familia muy humilde originaria de la comisaría de Kochol; sus padres Emilio y Emilia salieron de su pueblo agobiados por la pobreza, en ese tiempo sólo tenían a sus hijos Gaspar y Camilo, quienes actualmente tienen 67 y 66 años de edad, pero, ya una vez que se establecieron en esta cabecera municipal llegaron a este mundo: Amalia, Fulgencio, Idelfonso, Primitivo, Verónica y Carlos, todos de apellidos May Cauich, con quienes ya no tiene comunicación porque los millones le han cambiado la vida y se sienten superior a ellos.

El jefe de esta familia, quien ya se adelantó en el camino hace 9 años, era escribiente y después inspector de campo en su comunidad Kochol y, cuando el hijo mayor, Gaspar tenía 3 años decidieron dejarlo todo y aventurarse para mejorar el camino en sus vidas y ya en primero de secundaria, Camilo conoció a Reina Marlene de los Angeles Catzín Cih, pero ninguno terminó los estudios, afirman fuentes cercanas a este matrimonio. Camilo era chofer de un camión cuyo propietario, Arturo Centurión, era apicultor y lo contrataba para trasladar la miel de esta cabecera municipal a Mérida para comercializarla en la Apícola Maya.

Ya con el tiempo, Camilo y Marlene contrajeron matrimonio y procrearon a tres hijos: Carlos, Camilo y Guadalupe, mientras que el matrimonio decidió lanzarse en esta aventura política y Camilo ya fue tres veces presidente municipal, mientras que Marlene actualmente está en su tercer mandato como alcaldesa pero, todo el municipio está sumido en la pobreza, sobre todo en sus comisarías, a donde no llegan los apoyos que mandan los gobiernos del estado y de la federación, así lo revela la propia gente y además ha quedado documentado por el POR ESTO!, con testimonios de la gente humilde y pobre que vive en condiciones inhumanas en muchos de los casos.

 

Eran vendedores ambulantes

Es pues que “extrañamente” este matrimonio y sus hijos así como uno que otro colaborador cercano y prestanombres se han enriquecido inmensamente, porque de la venta de pan en las calles de Maxcanú y sus comisarías la gente no lo cree, y eso es lo que pretenden informarle al Presidente de la República para que envíe una auditoría desde el Gobierno Federal para que chequen dónde ha quedado tanto dinero destinado del Ramo 33, porque incluso, en la entonces Procuraduría General de la República existía un expediente en el que se señalaba a la señora Marlene Catzín por un desvío millonario que le habían dado para pozos, pero la dependencia (en ese entonces de su mismo partido), nunca le dio seguimiento y quedó estancado este caso.

La señora Marlene proviene de una familia cuyo patrimonio de sus padres Mario Catzín y Sara Cih era una humilde panadería pero, desde el primer mandato que tuvo la también actual alcaldesa le cambió el rumbo de sus vidas, pues resulta que se convirtieron en ganaderos en poco tiempo cuando, estando como presidente municipal su esposo Camilo May, hubo un programa de ganado que sería destinado a los ejidatarios. se trataba de cien animales.

Camilo May Cauich pidió la documentación correspondiente a todos los ejidatarios que habían entrado a dicho programa pero, para ello tenían que pagar una cuarta parte del valor de los semovientes, sin embargo, ese dinero el entonces alcalde no se los pidió a los ejidatarios.

Posteriormente, Camilo May y su esposa Marlene le informaron a los ejidatarios que el programa no había salido, sin embargo, este funcionario municipal lo que hizo fue pagar el dinero que pedía el programa como requisito y con la documentación de todos los ejidatarios pues le entregaron los cien animales que bajó en otra de sus propiedades que tiene en Chocholá y defraudó a quienes creyeron en él, según ha trascendido en esta localidad.

Por todo lo señalado, la gente de Maxcanú se encuentra enojada por lo que está sucediendo, pero cada vez que hay elecciones parece ser que les ofrecen dinero, despensas y kilos de carne a cambio del voto de la gente y, ante la necesidad y el hambre que padecen los más pobres indígenas pues aceptan, aunque se vislumbra otro panorama, porque resulta que ya en una ocasión este matrimonio intentó convertir en presidente municipal a uno de sus hijos, pero su inexperiencia lo hizo perder, a pesar de todo el dinero que repartieron sus padres para que obtuviera el triunfo no fue posible, aunque se ha corrido la voz que lo volverán a intentar.

(Texto y fotos: José Luis Díaz Pérez)

 

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