Entre porras de “¡Presidente, Presidente!” y pancartas en las que se le pedía apoyo para frenar el despojo de tierras en Muxupip y Sitpach, Andrés Manuel López Obrador llegó a Mérida ayer por la tarde en un vuelo comercial de Aeroméxico.
Acompañado por el Gobernador del Estado, Mauricio Vila Dosal, el mandatario salió por la puerta de la Sala A, donde ya lo esperaban unas cien personas, entre las que se encontraban ejidatarios de Sitpach y Muxupip que, con cartelones, pedían su intervención para evitar el despojo de sus tierras o el pago por el espacio donde se construyó un puente vehicular.
Pese a que los responsables de la logística solicitaron a los presentes que formaran una valla para que el Presidente los pudiera saludar y recibir sus peticiones, tan pronto dio dos pasos después de la puerta de salida todos se arremolinaron a su alrededor; mientras unos lanzaban porras, otros se apuraban a entregarles documentos para solicitar su intervención.
Entre los presentes había socios de la cooperativa de taxis del aeropuerto afiliados a la Asociación Nacional de Empresas Transportistas en Aeropuertos, A.C., con presencia en 28 aeropuertos del país, que también pidieron su apoyo para ese gremio.
El Presidente López Obrador invitó a varios de los presentes a que fueran al acto de la Inalámbrica y que lo buscaran ahí de nueva cuenta.
Las “selfies”
En su camino hacia la puerta principal para abordar la camioneta que lo llevaría a la Inalámbrica varias personas se le acercaron para solicitar una “selfie”, a lo que López Obrador accedió con gusto, a pesar del tumulto y la desesperación de sus ayudantes que lo apuraban para poder llegar a tiempo al siguiente acto.
Otras personas gritaban con entusiasmo “¡Gracias por salvar al país!”, “Andrés Manuel, el mejor Presidente”.
El Primer Mandatario tardó escasos cinco minutos para salir de la terminal aérea y abordar el vehículo que lo llevó al acto en la Unidad Deportiva La Inalámbrica, como se informa en nota aparte.
(Víctor Lara Martínez)