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Yucatán

Vamos a pedirle al Señor que verdaderamente nos acompañe para llegar sanos y salvos de esta peregrinación, pero que esa palabra no signifique solo salvarnos de manera física, sino que realmente nos haga sentirnos salvados, y que tengamos en cuenta que cada experiencia como iglesia es parte del camino de salvación, pero que hay que vivirla de manera muy seria, dijo ayer el Obispo Auxiliar de Yucatán, Pedro Sergio Mena Díaz, en la misa de envío de los peregrinos a la Basílica de Guadalupe que ofició ayer en la iglesia de San Cristóbal.

Señaló que este santuario de Nuestra Señora de Guadalupe es el centro desde el cual se impulsa la peregrinación anual de Yucatán a la basílica, gracias al equipo que acompaña al padre Jorge para preparar cada vez más y mejor esta peregrinación, y al coro que se ha estado preparando para acompañar la peregrinación.

–Gracias a todos ustedes que han venido a esta misa para ofrecer juntos al Señor nuestro propósito de peregrinar, de ser auténticos peregrinos y que son ahora representantes de los humildes que se congregan cada año, el 12 de julio, allá en la Basílica de Guadalupe; hay que recordar que somos un pueblo que vamos en peregrinación, aunque después tengan oportunidad de conocer otros lugares.

–La Santísima Virgen María fue alguien que desde que dijo: “Hágase en mí, según tu palabra” al recibir el anuncio del ángel y que el Espíritu Santo hizo que se encarnara su hijo en su vientre, dispuso siempre su mente y su corazón para hacer las cosas de acuerdo al plan de Dios; es nuestra maestra, junto con su hijo Jesucristo, de cómo buscar hacer siempre el plan de Dios; que no haya otro propósito que nos desvíe del plan de Dios y eso es lo que tiene que estar en estos días de preparación más intensa hacia ese propósito de peregrinar hasta la Basílica de Guadalupe.

Mensajes preciosos

–Hoy la palabra del Señor nos presenta un episodio especialmente del Evangelio, de la preparación que el mismo Jesucristo estaba haciendo con sus apóstoles que iban a continuar su misión y después de un tiempo que habían estado ellos, primero respondiendo al llamado de “sígueme”, y que luego le escucharon mensajes preciosos y vieron cómo curaba a los enfermos, cómo resucitaba a los muertos; todo eso eran enseñanzas para los apóstoles y cuando ellos iban contemplando a Jesús e iban teniendo una imagen de él y Jesús, en este momento les hace esas dos preguntas: primero ¿Qué dice la gente que soy yo? ¿Qué han escuchado? Y luego le dicen: la gente ha entendido que eres como un profeta o algo importante; ustedes que han estado más cerca y me han estado acompañando y viviendo estos años conmigo ¿Qué idea tienen de mí, que dicen de mí? Entonces Pedro se adelanta y responde: eres el Mesías, el salvador, que esperábamos hace muchos siglos.

Con esa respuesta Jesucristo les dice: “guárdenla”, no la difundan y sigan meditando; también les anuncia que va a ser entregado y verán su pasión, subirá a la cruz, morirá, pero resucitará al tercer día; el camino de la salvación pasa por ahí y Jesús dice: ese es el camino de la salvación y el camino que ustedes también recorrerán.

–No fue fácil para los apóstoles aceptar que este camino que Jesús les dice que el Padre ha escogido para él no está a discusión o hacerse de otra manera ni puso a votación su decisión, sino que dijo: este es el camino de la salvación y el que quiera tiene que seguir este camino; así de contundente y serio y exigente lo puso Jesús; este pasaje del evangelio nos lleva a tomar muy en serio lo que vivimos nosotros como iglesia, muy en serio, y hemos tratado año con año y más aún en estos últimos años, darle mayor forma a la preparación espiritual y mayor contenido, se dan conferencias y de los cinco mil que se reúnen en la basílica apenas estamos en el .0001 que se preparó.

Seguir a Cristo en serio

–Seguir a Cristo es en serio, la Virgen lo tomó muy en serio, por eso estuvo al pie de la cruz, aceptando la voluntad de Dios, fuerte, porque el Espíritu Santo la hizo fuerte para aceptar que era en serio y eso es lo que nosotros como iglesia, ante muchas circunstancias que nos hace pensar las cosas con cierto relativismo, con cierta superficialidad, tenemos que tomar muy en serio lo que vivimos como iglesia; esta peregrinación tiene que tomarse muy en serio.

–Vamos a pedirle al Señor que verdaderamente nos acompañe para llegar sanos y salvos, pero que esa palabra, no sea sólo de salvarnos de manera física, sino que realmente nos haga sentirnos salvados y tener en cuenta que cada experiencia que tenemos como iglesia es parte del camino de salvación; por eso los obispos en el proyecto global de pastoral hacia la celebración de los 500 años de la aparición de la Virgen María en el 2031 y los dos mil años de la redención en el 2033, toman la frase de un filósofo que era ateo, pero la ponen para darnos cuenta qué tan serio es lo que debemos vivir como Iglesia y es: “Más redimidos me deben parecer para que yo crea en su redentor”. Es la salvación, es el sentirse con esa experiencia que Dios nos salva, nos cura, transforma, nos hace otra persona y así debemos volver de nuestra peregrinación: más redimidos. La Virgen María nos acompañará para sentir más la experiencia de la redención de Jesús, para aquellos que no crean, crean en nuestro redentor y en la santísima madre del redentor, la Virgen María.

–Que ese sea el deseo de nuestro corazón al continuar nuestra eucaristía y nuestra preparación para esa peregrinación. Que así sea.

Al concluir la eucaristía, el Obispo Auxiliar bendijo los estandartes y pabellones de los peregrinos y los roció con agua bendita.

(Víctor Lara)

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