¿Si no es en plástico cómo se venderán los bolis?

Con la disposición que prohíbe el uso del plástico, que entrará en vigor en breve, los expendedores de bolis, granizados o raspados se preguntan cómo enfrentarán esta medida los fabricantes de estos productos que utilizan este insumo.

Marisol Villegas dijo que hasta ahora “nadie nos ha informado cómo las empresas van a resolver la venta de productos de plástico en el Estado, industria de la que no sólo dependemos los vendedores de granizados, sino de las personas que laboran en las plantas donde se fabrican bolsas, vasos, platos, popotes, cucharas, cuchillos, tenedores de este material”.

Marisol trabaja desde hace más de ocho años en uno de los puestos instalados a un costado de la entrada principal del parque El Centenario y ahora teme perder su fuente de ingresos por la medida que comentamos.

Recordó que muchas frutas de la época también se venden en vasos o en bolsas de plástico para evitar que se contaminen de polvo y del humo que emiten las unidades de transporte urbano, lo mismo que chicharrones, papas fritas y otros antojitos.

Cuando se le comentó que podrían utilizar bolsas de papel, respondió que en esos contenedores los productos quedan suaves y nadie los comprar.

Ventas de altas y bajas

Por otra parte, dijo que a pesar del calor la demanda de granizados es irregular, pues así como hay días buenos, como el sábado pasado, ayer domingo todo indicaba que sería un día malo, pues ya eran casi las 11 de la mañana y la venta era muy baja.

Por su parte, Manuel Chan alias “El Tigre”, dijo que hace diez años también fue entrevistado por un reportero de POR ESTO! pero en esa ocasión se dedicaba a la venta de frutas de la época, actividad que combina con la venta de bolis y paletas que compra en la planta ubicada por el rumbo de la Ermita.

Dijo que hace tres años regresó a la venta de bolis y sólo en ocasiones, cuando baja la demanda, retoma la comercialización de frutas, como mango, piña, sandía, melón, etc.

Señaló que su chamba comienza entre las ocho y nueve de la mañana y culmina entre las cinco y seis de la tarde y al igual que otras personas que se dedican a este comercio indicó que en ocasiones, en días malos, a duras penas puede vender unos 30 bolis y veinte paletas.

Admitió que está preocupado por la prohibición de uso de productos de plástico debido a que los fabricantes de bolis no les han dicho si van a seguir en ese ramo o van a cerrar las plantas.

(Víctor Lara)