Roger Aguilar Cachón
Algunos vocablos mayas en vías de extinción
No cabe la menor duda que los vocablos que antes usábamos los yucatecos en nuestra manera de hablar se ha ido desvaneciendo con el paso de lo que llamamos modernidad y que se relaciona de manera directa con la globalización y la nueva era informática que estamos viviendo hoy día. Esto da como consecuencia que introduzcamos y adoptemos en nuestro lenguaje nuevas palabras que si bien se relacionan con lo nuevo, el lenguaje de nuestros padres y su forma peculiar de hablar se está perdiendo.
En las siguientes líneas se hará una breve relación de aquellas palabras que los de mi época (más de seis décadas) escuchaban de manera cotidiana en sus hogares o bien al algún lugar adonde asistieran, era una forma peculiar y que a los yucatecos nos hacía diferentes de las demás personas que llegaban hasta estos lares ya sea para vivir o bien de paseo. Escucharlas decir era como un canto, ya que la manera de pronunciarla y enfatizarla daba un mejor resultado cuando se decían.
De esta manera no hay que dejar de mencionar que cuando siendo niños y se nos golpeaba el dedo, se magullaba o bien salía un uñero, y dolía esa parte de nuestro cuerpo, mi mamá nos decía “...tienes el dedo dzop”, entendiéndose que estaba inflamado o bien infectado. Un remedio era remojar nuestro dedo en un recipiente con agua calientita y con algunas pastillas de cloracena. Si bien es cierto no se curaba, se procuraba que el dedo “madurara”, para poder luego exprimirlo o bien extraerle la materia o pus, y listo, el dedo sanaba.
En cuanto al aspecto del cuerpo, se acostumbraba nombrar a las personas con determinados vocablos, por ejemplo para designar que una persona u animal estaba gordo se decía “…esta persona está bien poloc”, pudiéndose combinar con otra de gran tamaño y estatura o también para designar alguna cosa de grandes dimensiones “…este Pedro está bien nohoch”, pudiéndose dar el caso de que una persona estuviese gorda y grande, entonces era posible decir “Mario está bien nohoch y poloc”. Había otra palabra para designar a una persona gordita, ésta es purux. Siendo la contraparte, es decir cuando la persona tenía un cuerpo delgado, le decían “…esta mujer está bien bekech”.
El contemplar a las mujeres era y ha sido siempre un espectáculo, de muchachos y hasta la fecha es común decir entre nuestros pares, cuando vemos a una persona que tiene una figura muy bien proporcionada decimos “…oye, mira, esta muchacha está tintinkí ”, y cuando era de baja estatura y gordita como una uvita o más bien como una ciruela que al ponerse los pantalones o la falda quedaba bien estrechita, decíamos, “,…mira a esta niña está dziponcita”.
Cabe aclarar a mis caras y caros lectores que ninguna de las dos palabras se podían tomar o entender como una falta de respeto, era una manera de decirles lo bien que se veían. Claro que no más de una se habrá sentido ofendida ante estos vocablos que salían de nuestras juveniles bocas.
Otra de las palabras que se usan poco, es una que entre otros significados, tener dinero guardado o como dice la gente de nuestro pueblo, tener dinero guardado, era común escuchar cuando se necesitaba dinero de urgencia “voy a tener que recurrir a mi talkú”. Cuando se nombraba a la persona más chica de una familia se solía escuchar, “…mira este es mi xtup”. Y cuando se referían a los niños en general se escuchaba “mira a este dziris, está gritando”.
Para hacer referencia a un segundo frente o que una persona tenía otra mujer se solía utilizar las palabras: kex o xum, por ejemplo “mira, este señor está regresando de ver a su xum”. Ahora se ha cambiado por otras palabras como tener un bisteck o una bechita.
Cuando la persona estaba enferma, triste o bien en proceso de gestación, era común decirle” ¿qué te pasa Dorita, estás chichnak”?, lo que equivaldría en el altiplano como estás chipi. Ya que nos referimos a estados de ánimo, habían otros vocablos para nombrar a la persona que estaba un poco atarantada u obnubilada, por ejemplo “estás como tonam” o “estás un poco xmelén”.
El adular a las personas, así como el tratar de exaltar su forma de ser, es decir, el ser lambiscón, también tiene su palabra en maya para referirse a esas personas que intentan ganar la simpatía de alguien importante, era muy común escuchar decir “mira, fulano de tal es el lets del diputado…”. También era común escuchar cuando se iba al mercado o pasaban vendedoras de algún cítrico a las puertas de la casa, cuando por ejemplo éstas ofrecían sus naranjas y no estaban muy buenas se escuchaba “oye María estas naranjas están soholes”, para referirse a que estaban huecas o zocatas.
Cuando se guardaba por mucho tiempo algún pan u otro alimento que fuese propenso a echarse a perder por la aparición de hongos u otras bacterias, cuando uno quería comer ese producto, la mamá nos decía “no lo comas, ya le salió kuxum”. Y de una manera un poco hilarante y para referirse a las personas que no se habían bañado y estaban cubiertos por un sudor pegajoso en su cuerpo, siempre les decía, “oye fulano, estás hoholkí”, para hacerle saber que estaba sucio y apestoso.
Antes, como ahora, algunas mujeres siempre quieren aparentar menos edad de la que tienen, es por eso que se ponen ropas o se maquillan de una manera que no va con su edad, pero a estas personas les importa muy poco lo que la gente diga de ellas. Cuando en una reunión aparece alguna mujer con estas características, se escucha entre ellas mencionar “mira a Julia, se cree una xnuk niña”. Es menos común que se refieran con esta palabra a los hombres.
En el entorno familiar era muy común decir una palabra que ahora algunos médicos la utilizan para referirse al dolor de barriga, es una palabra que ha roto fronteras ya que aún puede escucharse en algunos consultorios. Cuando se refieren a que tienen un dolor de barriga, le dicen al médico, “oiga hace algún tiempo que me da chot nak cuando como”. Esta palabra se traduciría como un retortijón.
Cuando se jugaba con agua, o bien se acudía con la familia al puerto a algún sitio donde se pudiera estar en el agua por mucho tiempo, los niños temían que su mamá los reprendiera, ya que cuando una persona permanece mucho tiempo dentro del agua es común que las yemas de los dedos de lo pies y manos se arruguen, y cuando esto sucedía se escuchaba “ya salte del agua, antes de que tus dedos queden murut”.
En algunos casos, cuando alguna persona se pasaba de lista o bien cuando le contestaba de mala forma a la mamá o algún familiar, se tenía la costumbre de regañar a los niños diciéndoles, “cállate o te doy un boxní”. Haciendo referencia de que si seguía siendo grosero le darían una bofetada. En la casa y a la hora de comer es costumbre hasta hoy usar una palabra para designar que la carne está desmenuzada, se dice “hay que hacer tzik la carne”. En años pasados se comía el venado de esta manera, luego por costumbre se empezó a hacerse de res, queriéndole dar el mismo estilo y sabor. Pero esto es imposible.
Siempre se ha comido con tortilla y en años recientes se empezó a incluir en nuestra alimentación el francés a la hora el almuerzo. Cuando una persona comía solamente la carne y hacía a un lado los alimentos anteriormente mencionados, se decía que “estás comiendo mak la comida...”
Estas son, mis caros y caras lectoras, algunas de las palabras que poco a poco se han dejado de usar y las nuevas generaciones las hacen a un lado prefiriendo las palabras que ellos conocen.