Ana María Ancona Teigell
“La vida es un lienzo en blanco, y hay que tirar toda la pintura en ella”.
Danny Calle
“Bajo la Luz de su Alma” es un taller que imparte desde hace once años el gran pintor y maestro Roy Sobrino Sierra, a niños, adolescentes y adultos con capacidades diferentes de la asociación “Creando Sonrisas”, A.C.
Comenzó en el año 2008, cuando la presidenta de esta asociación era la Sra. Claudina Vales Cámara de Montalvo, quien lo invita a participar en este taller de amor y altruismo por parte del artista, que imparte los talleres gratuitamente.
En noviembre del 2018, Roy me invita a colaborar con él en el taller, que dura una semana, donde me di cuenta que cualquier persona, a pesar de sus limitaciones y discapacidades, tiene la aptitud de ser un artista.
El área donde se imparte el taller es un lugar techado y hermoso porque está rodeado de grandes árboles y mucha vegetación. Les preparamos las mesas con pinceles, agua, pinturas y los lienzos, donde trazan con gran emoción sus sueños y esperanzas. Me quedé asombrada de su creatividad, del colorido de sus cuadros, las pinceladas e imágenes que iban trazando amorosamente con la dirección del maestro. Su gran concentración, que los mete a un mundo donde expresan libremente cómo perciben la vida, su entorno, lo que encierra su corazón.
Con gran paciencia, el personal que nos ayudaba a veces guiaba sus manos para continuar sus trazos y terminar sus cuadros.
Todos son unos artistas que creen ciegamente en su talento, que no tienen miedo a equivocarse, que pintan sus más profundos sentimientos. Su tesón y perseverancia los impulsa a no desanimarse, a crear los anhelos más intensos que hay en sus almas. Se ríen, algunos cantan, otros se levantan para que admiremos lo que están haciendo. Sólo basta un aplauso para que vuelvan a sus lugares a seguir pintando. Para ellos la creatividad es la inteligencia que se está divirtiendo.
Como dijo un día Leonardo da Vinci: “la pintura es poesía que se ve y no se siente, y la poesía es pintura que se siente y no se ve”. Verlos pintar es todo un poema, un himno a la alegría y a la vida misma. Es contemplar a pintores que transforman una mancha amarilla en Sol, una roja o blanca en una flor, una verde en árboles y jardines y así van dándole figuras con su pincel a todos los colores.
Lo que más los motiva es saber que sus cuadros se van a exponer y vender en museos de la ciudad, centros culturales, bibliotecas, galerías privadas, como ha sido durante todos estos años.
Del dinero recaudado, el 50% se invierte en la asociación “Creando Sonrisas”, A.C., y el otro 50% para apoyar a las familias de estos maravillosos artistas.
Cuando son las exposiciones, a las que he asistido, contemplar sus rostros llenos de emoción esperando al comprador es indescriptible. Cómo festejan y te abrazan cuando los cuadros son descolgados de la pared para que se los lleven quizás a una casa, hacienda u hotel.
La experiencia que viví esa semana me colmo de un inmenso amor y admiración el espíritu. ¡Aprendí tanto de ellos! Me contagiaron de su alegría, su luz y felicidad, de sus anhelos y libertad, estuve sumergida en un mundo de colores, porque para ellos así es la vida, así la miran y así la expresan.
Y como bien dijo un día Pablo Picasso: “En aprender a pintar como los pintores del renacimiento tardé unos años; pintar como los niños me llevó toda la vida”.
Gracias al gran maestro Roy Sobrino Sierra por regalarles su arte y ese espacio donde no existe el tiempo y reina la creatividad de sus pinceles, que plasman en un lienzo blanco transformándolo en paisajes y líneas multicolores, donde irradian la luz de sus almas.