El consumo de alcohol entre los jóvenes de las comisarías meridanas de Yaxnic y San Antonio Tzacalá tiende a crecer ante la falta de alternativas de recreo y esparcimiento en aquellas comunidades, mientras que el Ayuntamiento de Mérida se queda de brazos cruzados y el alcalde viajero Renán Barrera Concha se hace al mismo.
Ayer, a las 5 de la tarde, en la comisaría de Yaxnic no había eventos culturales ni deportivos para los jóvenes de esa comunidad de aproximadamente 850 habitantes.
La única “distracción” que existe es comenzar a beber desde las dos o tres de la tarde y continuar así hasta el anochecer e incluso hasta el amanecer del día siguiente.
POR ESTO! recorrió Yaxnic y observó varios grupos de jóvenes cuando ingerían cerveza sobre la banqueta.
Cuando se gastan la cerveza, recurren a garrafas de alcohol barato: unos cuatro litros cuestan 50 pesos y es suficiente para el grupo, ya sea seco o acompañado con agua mineral o Coca Cola.
Alcohol clandestino
La venta de licor clandestino es tolerada por el Ayuntamiento de Mérida, no obstante las denuncias de las madres de familia.
En Yaxnic ni la lluvia impide que jóvenes y adultos ingieran bebidas en la vía pública durante todo el fin de semana hasta perder el conocimiento.
En San Antonio Tzacalá, el mismo panorama se vive los fines de semana.
Ayer, un joven al que le apodan “El Chino”, vecino de San Antonio Tzacalá, envalentonado por el alcohol que le produce mala borrachera, comenzó a buscar pleito a todo mundo, y amenazaba con lanzar piedras y envases a quien se le cruzara en el camino.
Varios vecinos del lugar han solicitado al Ayuntamiento de Mérida iniciar la lucha contra el clandestinaje y una campaña para concientizar y prevenir el consumo de alcohol, pero la Comuna meridana ha hecho caso omiso.
Plaga de moscos
En otro orden de ideas, pobladores de las comisarías meridanas de Petac, San Antonio Tzacalá y Yaxnic reportan la presencia de una plaga de mosco y demandan la fumigación de la zona.
Desde las seis de la tarde los habitantes de esas comunidades prácticamente se tienen que encerrar en sus casas y evitar abrir puertas y ventanas ante la nube de moscos que los invade.
Los orígenes son la maleza y la hierba que rodean a dichas comunidades y algunos terrenos baldíos donde se ha acumulado basura y cacharros.
El hecho ya se reportó al Ayuntamiento de Mérida, pero la Comuna y el alcalde no han atendido los reportes, mucho menos han enviado personal para realizar las fumigaciones en la comunidad.
Para ahuyentar a los moscos, los vecinos tienen que recurrir a toda clase de remedios, tales como rociar con insecticida, quemar chile habanero, azúcar o cartón, entre otros materiales.
En San Antonio Tzacalá, el terreno que ocupa la antigua ex hacienda henequenera la maleza ha crecido, ahí hay basura acumulada, lo mismo que cacharros, pero como se trata de propiedad privada nadie puede entrar a limpiar y los dueños del lugar tampoco lo hacen.
(José Manrique)