Síguenos

Última hora

Lista la Fiesta Grande: Los 8 equipos que buscarán el título de la Liga MX

Yucatán

El verbo 'tupir (le)” por embriagarse

Roldán Peniche Barrera

Yucatán Insólito

Muy usual en nuestro medio eso de “tupir” o “tupirle” por emborracharse. Es lenguaje de gente baja, de barrenderos, cocheros y vagabundos mayormente. Pero sólo lo hemos escuchado en nuestra península, por lo que, confiadamente, podemos conceptuarlo como yucatequismo.

Sin embargo, Santamaría registra el mismo verbo y varias de sus acciones dan la idea del “tupir” yucateco, pero por supuesto sin la mención de la acepción “embriagarse”.

Veamos:

Tupir - Tupirle. Entrarle macizo y parejo; acometer con brío, emprender con entusiasmo obra, empresa o trabajo.

Aquí no se trata de un “trabajo” ni nada por el estilo, sino simplemente el hecho de embriagarse.

Veamos un ejemplo:

-Dr. Gorgojo… Dr. Gorgojo…!

-Sí, dime tío Pascual.

-Oiga, dóctor, creo que Ud. mencionó el otro día que como ya es mucha su clientela, contrataría al viejo Elmerón de ayudante… ¿No es así?

-En efecto, tío, pero me ha dejado mal el desgraciado… y hace tres días que no se presenta…

-¿Estará enfermo?

-¡No hombe! ¡Le está “tupiendo” en el Foreing con el museólogo y su secre el Guty!

Yucatecos de antaño

Por Jorge Parra Zapata

Cuando llegó la emperatriz Carlota a Yucatán, contra todo lo que podríamos imaginarnos, ella no vino a un viaje de placer, sino a cumplir con una misión secreta encomendada por Napoleón III y el rey Leopoldo de Bélgica, por cierto, padre de la emperatriz.

La emperatriz Carlota desembarcó en el puerto de Sisal el 22 de noviembre de 1865 y desde su llegada comenzó a recabar toda la información relacionada con la forma de ser del yucateco, ya que se quería saber si Yucatán era propicio para convertirlo en el centro de operaciones de América Central con el fin de abrir un canal que comunicase al océano Pacífico con el océano Atlántico y de esa forma hacerse dueño Napoleón III de la transportación marítima mundial.

La emperatriz cumplió plenamente con la misión encomendada, informando a su esposo, el emperador Maximiliano de Habsburgo, acerca de las características de la forma de ser del yucateco, mismas que relacionamos a continuación:

1.- Los yucatecos son de espíritu emprendedor.

2.- Son muy afectos al lirismo. En Yucatán hay mucha inspiración poética.

3.- Desde mi particular punto de vista, los yucatecos son los príncipes de la Avanzada en México.

4.- Son tan vivaces como los andaluces.

5.- Son muy joviales y sumamente caballerosos.

6.- Tienen un sentido mercantil muy marcado.

7.- Utilizan muy bien su inteligencia en el logro de sus propósitos.

8.- En las escuelas los niños leen poemas de autores yucatecos.

9.- Los yucatecos no son americanos, son medievales, por lo que pienso que fácilmente nos aceptarían y permitirían la realización de nuestros propósitos, siempre y cuando cumpliéramos con todo lo que a ellos les interesa.

10.- Están profundamente influenciados por las costumbres europeas, en las visitas que he realizado a la casas principales de las haciendas he podido observar que están decoradas y amuebladas al estilo imperial.

(Concluye mañana)

Siguiente noticia

Día dorado en Lima