Pilar Faller Menéndez
Probablemente una de las redes sociales más utilizadas en nuestro país es el Facebook, que desde hace diez años está disponible para los hispanohablantes, aunque en realidad fue creada hace 12 años. En México se registró que esta red social tiene 61 millones de usuarios, lo que representa un universo sumamente amplio, aunque no del todo real, ya que una sola persona puede tener el número de cuentas que desee, y guardarse para sí su identidad.
La autorregulación no ha sido suficiente, así como los esfuerzos que se han hecho por mantener el control para poder detener el uso de las malas prácticas y la difusión de noticias falsas, las cuales distraen y son tomadas como ciertas creando una confusión en los cibernautas.
Este incremento de usuarios de las redes que parece multiplicarse a una velocidad inaudita, ha creado en México nuevas normas que garanticen la protección de los datos personales de los usuarios, y regular la interacción entre los mismos para evitar irregularidades. Normas que han sido ineficaces, porque la tecnología siempre va un paso más adelante de la regularización, y el mal uso ha encontrado formas de cometer crímenes a través de ellas.
Probablemente Facebook sea la más popular en cuanto a ser utilizada como un medio de socializar, que si bien a través de la misma se puede acceder a portales informativos, su uso principal es una interacción social con amistades que se han creado por este medio, y para mantenerse en contacto con las anteriores a la creación de esta red.
Lo que es de llamar la atención, es el poder que están adquiriendo estos medios de socializar que parecen estarse saliendo de control y a través de ellos, se difunden noticias falsas, los rumores se vuelven una realidad virtual que desprestigia y culpa a personas inocentes y le da voz a quienes irresponsablemente la utilizan.
Desgraciadamente, en el caso de Facebook, esta red social ha declarado que no es de su interés calificar la información de los usuarios, como tampoco establecer políticas sobre la veracidad de la información que se maneja, y lo que es aún peor, declaran que cualquier expresión es correcta, y no es de su competencia discernir entre lo que sea verdad o no.
Ante estos principios, los usuarios se encuentran en una situación vulnerable, y a pesar de que esta red se rige por los principios de la Global Network Initiative, una organización sin fines de lucro que promueve la libertad de expresión, los derechos humanos, la libertad de prensa y la privacidad digital entre empresas, gobiernos y otras ONG’s.
Entre las restricciones que tiene esta red social, está la de no permitir contenidos que pudieran poner en riesgo físico o económico a las personas, así como la intimidación con discursos de odio, o el lucro mediante engaños. Lo que, ciertamente, deja una laguna muy grande en el uso que pueda dársele a su contenido.
De acuerdo a Facebook, la lucha contra las falsas noticias es importante, por lo que han bloqueado portales falsos, aunque no puede aseverarse que todavía haya muchos de ellos, hasta la fecha reportan que fueron removidas 652 páginas que violaban sus políticas de seguridad.
A medida que van surgiendo más usuarios, se han empezado a crear ciertas normas para garantizar los derechos de los usuarios, y para tal fin, fueron establecidas la Ley Federal de Protección de Datos, la Ley Federal del Consumidor, la Ley Federal de Derechos de Autor y políticas que regulan las actividades en internet, lo cual todavía no es suficiente ni mantiene seguros a los usuarios, que por propia voluntad deciden unirse a dichas redes, que empiezan a ser una voz que cada vez se alza más fuerte y que sin restricciones y con la posibilidad de mantener el anonimato son como un caballo desbocado al que nadie puede poner rienda.
A pesar de haberse realizado una reforma en el Código Penal donde se establece que: “A quien, por cualquier medio, afirme falsamente la existencia de aparatos explosivos u otros; de ataques con armas de fuego; o de sustancias químicas, biológicas o tóxicas que puedan causar daño a la salud, ocasionando la perturbación del orden público, se le impondrá prisión de uno a cuatro años y multa de quinientos a mil días de salario, atendiendo a la alarma o perturbación del orden efectivamente producida”. La pregunta obligada sería si contamos con la tecnología para rastrear la proveniencia de algún mensaje de los anteriormente mencionados.
Probablemente los casos de falsas amenazas de terrorismo sean de los menos difundidos, pero las noticias falsas sí son el pan nuestro de cada día, y es que todavía no hay la cultura de cerciorarse de la procedencia de las mismas, por lo que muchos dan por sentado que todo lo publicado en un formato noticioso es verdad.
Falta una legislación con un estudio más profundo del impacto que tiene la difusión de noticias falsas, es necesario proteger la verdad de los hechos que acontecen en México y la información que reciben los mexicanos sobre cualquier acontecer mundial, la información es un derecho, y por lo tanto, éste debe ser protegido con la veracidad.