Yucatán

El Arzobispo Gustavo Rodríguez Vega hizo ayer un llamado a valorar más y más nuestra cultura maya, la lengua maya, nuestros pueblos, y a nunca avergonzarnos de ellos, porque lo contrario, el desprecio a lo nuestro, es racismo, y el racismo llevado al extremo fue la causa de la matanza cometida en El Paso, Texas.

Fue en la capilla del Seminario Menor, durante la misa inaugural de los cursos de la Prepa Yucatán “Miguel Cantón Marín”, en la que tuvo como concelebrantes a los padres José Guadalupe Pech, Director Espiritual del Seminario Menor, y David González Vadillo, Prefecto, donde el prelado invocó al Espíritu Santo para que venga sobre cada uno de los estudiantes y los ayude en el caminar del nuevo curso escolar 2019-2020.

En este punto, mirando a varias jóvenes que fueron elegantemente vestidas con el traje regional, les dijo:

–Me gusta mucho ver a estas jóvenes vestidas de mestizas, y me gusta porque esto es un detalle de valoración de nuestra cultura. Tenemos que valorar más y más nuestra cultura, la lengua maya, nuestros pueblos, nunca avergonzarnos de ellos. Lo contrario es racismo, desprecio racial, que llevado al extremo es la causa de la matanza que hubo hace unos días en El Paso Texas, contra mexicanos. Qué bueno que se cultive el amor de nuestra cultura, de nuestros antepasados, de nuestros pueblos originarios.

Etapas de la historia

Y agregó:

–La Palabra de Dios qué nos dice y qué dice a ustedes, jóvenes, al iniciar este año escolar. A lo mejor no les dice nada: no entendí la primera lectura, qué era, cuándo se escribió, de qué trata. Libro del Antiguo Testamento. El origen del pueblo de Israel que apenas ha cruzado a la Tierra Prometida para iniciar la vida en libertad constituyéndose como pueblo.

Les recuerda aquí las etapas de la historia que han venido transcurriendo y pone como protagonista a Dios nuestro Señor que los ha venido guiando, que los ha venido salvando, acompañando hasta llegar a ese momento.

¿Hombre de fe, mujer de fe: reconoces las etapas de tu historia? Aunque seas muy jovencito, muy jovencita, ya tienes etapas de historia. En cada una ha estado nuestro Señor desde antes de que crecieras en el vientre materno.

El Señor de la historia

–Dios ha estado, tal vez tú no has sido consciente, pero hasta ahora y en adelante, el Señor quiere ser contigo compañero del camino. Y puedes decirle:

–No te quiero por compañero.

O si lo aceptas, si reconoces que Él quiere ir contigo, y quieres dejarte conducir por Él a lo largo de tus etapas de vida, camina también con México y con el mundo actual, por más rechazos que reciba. Es el Señor de la historia, es el Señor de tu historia. Esto y mucho más podemos tratar de la primera lectura.

Alguien dirá:

–Ah, pero del evangelio nada, porque se habla del matrimonio, del divorcio y de la vida diaria nada.

Pero en realidad habla todo, todo, dense cuenta de que a Jesús le quieren poner una trampa. Dense cuenta, no es un cuento, es historia real. Por eso la Iglesia defiende el matrimonio, porque Jesús, nuestra cabeza, nos enseñó a defenderlo. Y luego, fíjense bien: el machismo que había en el pueblo de Israel. Se preguntaban: “¿Es lícito que un hombre pueda divorciarse de su mujer? No dice hombre y mujer. El hombre es el que se puede divorciar. Pero Jesús presenta el plan original de Dios. “Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer y serán los dos una sola cosa. Lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre.

Otros dirían:

–Ah, pero Moisés nos permitió…

Sí, les permitió por la dureza de su corazón, pero al principio no fue así.

Moisés (representa) en la actualidad las autoridades civiles. Pero al principio no fue así.

Llegan inmaduros

También pueden decir:

–Ah, pero es que hoy hay muchos divorcios.

Sí, pero ese no es el plan de Dios, y seguramente es que muchos están llegando inmaduros al matrimonio: Muchos no se han preparado para la vida matrimonial. Y es necesario, jóvenes, es necesario prepararse para el matrimonio desde ahora. Y que la Prepa sea, desde ahora, un inicio de preparación para la vida matrimonial: Jóvenes, en un tiempo, el noviazgo estaba unido radicalmente al camino del matrimonio.

Hoy en día para muchos el noviazgo es una diversión, un pasarla bien, pues qué le voy a hacer: necesito alguien que me quiera, alguien a quién querer. Vean, con el matrimonio contemplo el horizonte, prepárense, quien no se prepara al matrimonio, va a fracasar en el matrimonio.

Perseverar en el amor

Y no me refiero a los meses en que se preparan los jóvenes para comprar casa y hacer todos los arreglos del matrimonio y de la fiesta sobre todo. Me refiero al espíritu humano que va creciendo y va preparándose para un compromiso tan sagrado como es el matrimonio. Quien vive sexualidad irresponsable en su juventud, llegará al matrimonio y fácilmente caerá en la infidelidad.

Algunos alegan:

–No, pero el enamoramiento…

El enamoramiento pasa muy fácilmente, y lo que importa es saber perseverar en el amor. Lo que realmente vale la pena en la vida, muchachos, muchachas, es lo que se prepara. Lo que realmente vale la pena en la vida, es aquello en lo que somos fieles, constantes, perseverantes, y donde se necesita más perseverancia y fidelidad, es en el matrimonio, y claro también en la vida sacerdotal. Cuando los apóstoles escucharon lo que dijo Jesús sobre el matrimonio le dijeron:

–Ah, pues si esa es la condición del hombre con respecto a la mujer, no conviene casarse.

Claro, el matrimonio no es una conveniencia para pasarla bien, no es una conveniencia para ser feliz yo, punto de vista egoísta. No es por conveniencia. Es el espacio de mayor compromiso y entrega humana. Es donde se realiza el ser humano, en una entrega plena. Así es que, o le entras por ahí, o –dice Jesús- hay otro género de vida: No todos comprenden esto, sino aquellos a quienes les fue dado porque hay algunos que nacieron incapaces para el matrimonio, otros que así los ha hecho la maldad de los hombres, y otros que renuncian al matrimonio por amor al Reino de los Cielos. Quien pueda entender que entienda.

El egoísmo

Jóvenes, hoy en día la maldad de los hombres está haciendo incapaces del matrimonio a muchos, a muchos. En muchas formas. Una de ellas es porque la maldad de la sociedad actual promueve la homosexualidad como algo bueno. Es cierto que siempre ha existido homosexualidad y siempre existirá, pero otra cosa es fomentarla. Esa es una forma en que la maldad de los hombres está haciendo incapaces para el matrimonio a los hombres de hoy. Otra forma es, y es la más importante, el egoísmo, porque la maldad actual infunde esta idea, y la bombardea constantemente:

–Tú viniste a este mundo para ser feliz.

Y cuántos están así programados, y a la hora que se casan, dicen: Hazte a un lado porque tú ya no me haces feliz. Y algo que no se veía en otros tiempos: mujeres divorciándose no solamente de su marido, sino de sus hijos. Madres desnaturalizadas que pierden a sus hijos para iniciar una vida nueva.

Por eso les digo que es la peor maldad de los hombres de hoy, e incapacita para el compromiso matrimonial, pero también para el compromiso celibatario. Estén muy atentos desde ahora. Hagan un buen proyecto de vida. ¿Qué quiere el Señor para ustedes? Pero el proyecto de vida que vale la pena, incluye el dominio de sí mismos, e incluye también el control de sus afectos, de sus emociones, de sus impulsos, para encauzarlos dentro de su proyecto. Y puede ser ese proyecto ordinariamente para la vida matrimonial, puede ser desde ahora como lo es para los seminaristas, el proyecto a la vida sacerdotal. Tampoco el celibato se improvisa el día que se van a ordenar los muchachos. Es algo que tiene que irse viviendo desde la niñez, la juventud, hasta llegar al momento de decir sí en el altar.

Hagan su proyecto

Finalmente, el Arzobispo Gustavo señaló:

–Muchachos, muchachas, hagan su proyecto, y que todo lo que vivan este año sea encaminado a ese gran proyecto. Y tengan en cuenta que el Dios de la historia, el Dios que quiere caminar contigo, tiene para ti un proyecto de auténtica felicidad, un proyecto de felicidad eterna. Un proyecto que exige algunas renuncias. Pero que te dará las mayores satisfacciones. De la mano de Santa María de Guadalupe, de la mano de San Felipe de Jesús, y de todos los santos, especialmente los santos jóvenes, vayan adelante viviendo, gozando este año, sembrando para el gran proyecto que el Señor les proponga en el fondo del corazón de cada uno de ustedes. Que así sea

(Roberto López Méndez)