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Yucatán

La humanidad es libertad

Cristóbal León Campos

Todos los seres humanos actúan entorno a sus circunstancias, la condición de la existencia está suscrita a ellas, aquel que vive opresión busca liberarse, aquel que oprime busca perpetuar su poder por encima del otro para conservar ese estatus que le ha otorgado la posibilidad de mandar por sobre las voluntades, voluntades sojuzgadas claman por la emancipación, no se trata de un capricho, es una necesidad para la construcción de los seres humanos plenos, la emancipación es necesaria para la consumación del bienestar común, la libertad es el máximo gozo de los seres humanos y el principal derecho en su existencia, y si bien este sistema condiciona la libertad, existen muchos tipos de ella que se ejercen a diario, la libertad mental de aquel rebelde que busca el cambio social es una libertad ya en ejercicio, aunque le falte el condicionante del entorno social, la libertad de quien habla sin miedo, más allá de si su voz encuentra eco, la libertad de ser como se desea sin importar los juicios y prejuicios que sobre uno pudieran caer, la libertad es voluntad porque pone en movimiento a todo nuestro ser.

Hablar de libertad en tiempos de opresión pudiera parecer una locura, algo sin sentido, y más cuando los actos colectivos en muchos casos se encaminan al auto-encadenamiento, sujetos como objetos inertes en el vaivén del la vida, los seres humanos que renuncian a la búsqueda de esa libertad plena pierden la esencia natural, delegan la voluntad al otro o a las circunstancias, se convierten a sí mismos en marionetas de un destino inexistente, culpan a todo de lo que llaman suerte, mas no reflexionan sobre su propio papel en su vida, las marionetas se mueven con hilos, ¿quién mueve esos hilos?, es una respuesta que debemos preguntarnos para ser conscientes del camino que recorremos, ¿es acaso nuestro camino o el de otro el que andamos?, la consciencia es un paso para alcanzar la libertad, ejercerla dota de sabiduría al ser en medio de la tormenta, la conquista de la libertad es también la batalla por salvar nuestra humanidad.

La libertad de los pueblos es un anhelo a lo largo de la historia humana, el ejercicio de la autodeterminación una de sus bases, alejados de los imperios y la soberbia del conquistador, la humanidad podrá florecer cuando atrás queden aquellas ideas que secaban las diferencias y exaltan una sola forma, la libertad es también esa amalgama de realidades, construidas e interpretadas en el entorno a las circunstancias en que se desarrollan, ninguna voz es más fuerte cuando hablamos el mismo idioma, la libertad humana es, por tanto, la libertad de sus diferencias.

El velero navega con el impulso que el aire le otorga, la libertad es ese impulso que mueve a la humanidad, esa fuerza que palpita en la intimidad personal y colectiva, esa flama que arde y que no se apaga sin importar lo difícil de las situaciones, navegar por lo profundo del acontecer social y personal requiere de la consciencia del ser, el ejercicio de la voluntad se rige por la plenitud con que los seres humanos decidimos nuestros destinos, quien deja a un lado la libertad se despoja a sí mismo, quien lucha para alcanzar esa libertad la está ejerciendo al instante mismo de luchar, no obstante lo complejo de su existencia, la libertad es primero que nada los actos soberanos que realizamos, es después, los actos que deseamos consumar, la humanidad es libertad porque se construye a sí misma.

Se marchitan los espíritus por los miedos, se retraen y condicionan, aquel que ejerce el miedo como forma de dominación envilece su ser, pervertir la esencia humana es un acto de auto-flagelación, el poder solamente es un fantasma efímero en la oscuridad del engaño, nadie debe vivir empoderado por el miedo, así como nadie vive con miedo, romper toda forma de sujeción es un derecho, la libertad es la esencia pura del espíritu humano, ni los miedos, ni las cadenas pueden corromperla, es pura por naturaleza, lo que se corrompe es el ser que actúa contra ella, quien va surcando retos para alcanzar engrandece su alma que forja en el esfuerzo, la humanidad es libertad porque sin miedo cree en sí misma y se renueva andando sus propios senderos.

Las flores adornan el jardín, los seres libres embellecen el mundo, aquellos que hacen suyo el derecho natural de ser y hacer según su voluntad, permiten que la humanidad continúe existiendo, la lucha por la libertad no es una locura o una utopía inalcanzable, es la necesaria acción para ser plenos y garantizarnos una existencia verdadera, quien vive libre por encima de todo, reconstruye a la humanidad.

*Integrante del Colectivo Disyuntivas

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