Lorenzo Salas González
Hasta donde hemos podido leer, sí hay nuevas estrategias, conceptos nuevos y hasta renovados, inclusión de temas descuidados o desechados en el pasado, recursos metodológicos que pretenden ser nuevos –como aprender a aprender—, otros novedosos y, lo mejor, la inclusión de los padres de familia en importantes fases de la formación de los educandos, con lo que se termina con la idea de algunos progenitores de que hay una educación en la casa y otra en la escuela o, peor, docentes que les cargaban de tareas a los niños como si la enseñanza dependiera solamente de lo que se hace en la casa.
También se está corrigiendo el error de darle el papel de coadministrador al sindicato, lo que se convirtió en un vicio muy dañino y motivo de enriquecimiento de los líderes sindicales, como el notorio caso de Elba Esther Gordillo Morales.
Un caso parecido pero diferente fue el dela Sección 22, que con sus frecuentes movilizaciones, paros y bloqueos de carreteras, obtuvieron plazas para sus seguidores, algunas de las cuales vendían, según acusaciones de los que no simpatizaban con ellos. El caso cierto es que los que perdían eran los niños, quienes se quedaban sin maestros. Una respuesta a esta crítica fue la consigna que surgió entre los que preferían esta forma de lucha: “El maestro luchando, también está enseñando”.
Estamos ante posibilidades nuevas, sobre todo porque las autoridades de la 4 T están atendiendo con prontitud las demandas magisteriales, como sucedió hace poco, cuando en la combativa Sección 22 anunciaron nuevos paros por falta de pagos o por atraso de los mismos.
El movimiento de la citada Sección nació y creció por las injusticias de los sucesivos gobiernos estatales y federales en varias partes de la República.
Hoy, la situación pinta distinto. Los docentes inconformes han sido atendidos con respeto por las autoridades, incluyendo al Presidente de la República, en vez de padecer persecuciones, recibir golpes, balazos y ceses, a veces con el añadido de pasar varios meses o años en la cárcel. Por eso es un gran acierto que el Presidente haya decidido liberar a los maestros de la cárcel y los haya reintegrado a sus trabajos para que puedan volver con los suyos.
Honestamente, para quien esto escribe, es mejor ver a un maestro en su aula que en la terrible jaula férrea que es la cárcel. El hombre nació para ser libre, no para estar encerrado, sobre todo por órdenes de los sátrapas.
Un ejemplo de aula: Se están acabando los docentes que exigían a sus alumnos estar sentados y en silencio. Algo así como limitar sus movimientos al pequeño espacio que ocupa su silla. Ahora, no sólo se pueden mover de un lado a otro durante las clases, sino que los programas permiten y hasta estimulan esos movimientos. Las autoridades aceptan que un ser vivo es el que se mueve, se comunica con los demás y juega, corre, habla, grita si es necesario.
En Finlandia, España, en diversos lugares de Estados Unidos y ahora hasta de México, cuando siguen las indicaciones de un autor/a famoso/a, las tareas ya no tienen tanta importancia, porque suelen convertirse en formas de tortura, no de aprendizaje.
La labor de los docentes no debe menospreciarse. En la historia de la Humanidad hemos tenido grandes Maestros cuya labor ha trascendido los tiempos, como Jesús, Confucio, Sócrates, Platón y un largo etcétera.
En el fondo, pensamos que la 4 T nos trae un cambio muy importante y de gran trascendencia: La escuela pública ya no será el asiento de los mercaderes que veían a este lugar como el sitio donde se compra y se vende, sino donde se estudia, se aprende, se reflexiona y se desarrolla un maravilloso ser humano que aspira a ser libre.
La Nueva Escuela Mexicana le trae a nuestra ansiosa sociedad un camino nuevo, con metas distintas y, muy importante, con un profundo respeto a quienes piensan distinto o actúan de modo diferente.
Así seremos mejores. Ya basta de copiar modelos educativos extranjeros. Así valdremos más intelectual y cognitivamente. Tenemos con qué. Solamente nos faltaba la libertad que al fin llegó.