SEYE, Yucatán, 24 de agosto.- Un verdadero desborde de fe y devoción se vivió este sábado con el gran festejo que cientos de fieles realizaron en honor a San Bartolomé Apóstol, patrono del municipio, con una misa y procesión que fueron presididos por el Obispo Auxiliar de Yucatán, Monseñor Pedro Mena Díaz.
Aunque estaban desvelados, pues anoche iniciaron los festejos del pueblo, la gente acudió atenta y cumplida a venerar al santo que sin duda lució uno de los mejores rostros en todos sus tiempos, al arropar a cientos de vecinos y visitantes de las poblaciones vecinas.
La misa inició en punto de las 11:00 horas y fue oficiada por el Obispo Auxiliar, quien recibió ayuda de manos del párroco Rafael May Barrera, quienes ante una multitud pidieron oraciones y aplausos al Santo Patrono.
Monseñor Pedro Mena Díaz destacó la devoción que los habitantes del municipio le tienen y al concluir la misa decidió participar en la magna procesión que abarcó el primer cuadro de la ciudad.
Los presentes no dejaron sola a la sagrada efigie y a pesar del sol la siguieron hasta la última parada, cuando retornó a la parroquia después de haber visitado las calles de su municipio.
Los fieles acompañaron a “San Bartolito” con sombrillas, pañuelos y agua, en busca de un año más dedicado especialmente para él y para pedirle por prosperidad en el campo y el trabajo, así como amor y unión familiar.
Mientras algunos cargaron velas y veladoras, otros tantos caminaron con rudas y flores que en cada parada le acariciaban a la imagen, mientras que atrás se observaron a los estandartes multicolores de los gremios es una escena llena de devoción.
“En los cielos y la tierra únanse para cantar, y la gloria se levanta a San Bartolomé Apóstol”, corearon los habitantes durante el paseo por las calles del pueblo, que duró casi una hora.
Este día, la población entera se tiñó de colores al soltarse globos, regalar horchata, pozole y por supuesto, escuchar el “himno oficial de San Bartolomé” a voz viva de los devotos y visitantes.
Una vez más la grey católica le cumplió a su Santo Patrono y le demostró que pese a las adversidades, la fe y el amor incondicional continuará en población y perdurará generación tras generación.
(Enrique Chan)