Jorge A.Franco Cáceres
No tienen nada en Futuro XXI, debido a que lo principal que persiguen como partido político es enfilar contra Andrés Manuel López Obrador (AMLO), como oposición reactiva del pasado siglo XX.
En su primera asamblea de presentación de figuras y plataformas se vio que Futuro XXI es más de lo mismo que sucedió el siglo pasado, es decir, que es otro aparato de ex funcionarios y ex candidatos, ex militantes de partidos fracasados el histórico 1º de julio del 2018.
El camino que sigue Futuro XXI es bastante conveniente para AMLO, el gobierno de la 4T y mucho más para el partido mayoritario MORENA, que para ellos mismos. Decimos esto porque vemos que va a irle peor que al PRD de no cambiarse la ruta por donde sus integrantes disponen transitar y la forma como han decidido conducirse como opositores.
Un Consejo Político de ex derrotados en forma apabullante por su chivo expiatorio, no es la mejor carta de recomendación para un partido que dependerá de sus personalidades autoritarias y sus discursos descalificadores.
Poco importará que esgriman la pobreza, la desigualdad, violencia, el deterioro ambiental, etc., como problemas nacionales ante la Presidencia de la República y el Congreso de la Unión. Y será así porque consta en sus prontuarios que nunca procedieron contra esos problemas como funcionarios y militantes, y menos dieron muestras de saber hacerlo como autoridades o representantes.
Recargado de grupos excluyentes, enfrentados y amenazantes, tampoco hay nada en sus figuras y sus plataformas que nos digan que Futuro XXI no procederá como partido político a favor de otra fractura nacional. Nos referimos a eso que hizo el PRD al unirse al PRI y al PAN para respaldar el Pacto por México, que impulsó las reformas estructurales de Enrique Peña Nieto, para consumar el despojo de bienes comunes y el saqueo de patrimonios nacionales.
La historia nacional ha registrado que, como oposiciones reactivas, los nuevos partidos de ex funcionarios, ex candidatos y ex militantes, solo significan daños y perjuicios para el bienestar social. Tienen detrás expedientes de negligencia, corrupción e impunidad, que no pueden obviar ante la opinión pública para dedicarse a señalar a terceros como villanos. Tienen un adeudo autocrítico con el cambio democrático y la transformación republicana.
Mueve a risa que Futuro XXI hable de que la democracia, la soberanía y el equilibrio republicano están en riesgo en México, cuando fue una masiva votación nacional la que autorizó a AMLO, MORENA y la 4T a tomar las decisiones políticas e impulsar las reformas sociales durante seis años. Sabemos que debido a servilismos, demagogias y corruptelas con los poderes neoliberales, varios de sus directivos nunca se atrevieron a impulsar nada parecido.
Sin lugar a dudas, si hay incertidumbre en el PRD, ésta no se despejará con la conformación de Futuro XXI. No sucederá porque, con figuras políticas con pasados que los descalifican y sin propuestas programáticas que sean sustantivas, no tiene nada qué ofrecer para ser competitivo en las siguientes elecciones.