Roldán Peniche Barrera
Yucatán Insólito
Nuestras juventudes peninsulares (y aún los viejos) son muy dadas a crear su propio vocabulario, tan puntillosamente observado por el entusiasta estudioso del mismo Mtro. Edgar Rodríguez en su práctico diccionario juvenil.
Y si en su primera edición no alude al término; pero “lo cortés no quita lo valiente” y de seguro lo ha dispuesto para su II Edición.
El DRAE registra Chismorrear y Chismear, pero evade el “Chismorrotear” al que seguramente conceptúa un barbarismo.
El “del español yucateco” del Dr. Güémez Pineda no brinda espacio a ninguno de los tres “verbos”, pero nos revela la forma barbárica de pronunciarlo en la península: “chismiar”.
Chismiar v. intr. 1 Chismear. Término derivado de chisme, rumor, murmullo. También puede proceder del caló chismar, escupir; y en sentido figurado enredar, entremeterse. (frd) 2 Por extensión, conversar, platicar.
Pero hojeando nuestro Diccionario de Mejicanismos (sic) de Ramos y Duarte, se nos revela que eso de “chismiar” es asunto viejo, y ya desde el siglo XIX los yucatecos iletrados así lo pronunciaban. Y no creo equivocarme si me voy más atrás y digo que tal pronunciación nos venía de los siglos coloniales. Lo malo es que no contábamos con cronistas gramaticales que se interesaran en la cuestión.
La Hora del Poeta
Cristo del Calvario
Soneto
¡Oh Cristo del Calvario solitario y triste!
De amargo llanto y sal en las heridas
De ósculos siniestros y doblez vertidas
A cambio del amor que tú les ofreciste.
¡Proterva humanidad! ¡Falsa y perversa!
Que aparentas amar a quien te ama
Tu sanguinaria indiferencia infama
A un ser bendito de alma dulce y tersa.
¡Oh Cristo del amor! ¡Oh Galileo!
Que pendes de la cruz y el infinito
Por cada fe perdida mi alma grita ¡Creo!
Y me amparo en las heridas de un bendito
Agónico en la cruz, cual inocente reo…
Eximes sin rencor al infernal proscrito…
Hansel de T. Ortiz Betancourt