Síguenos

Volver

ÚLTIMA HORA

Entretenimiento

Agustín es el último eliminado de La Casa de los Famosos

Volver

Yucatán

Pilar Faller Menéndez

de bandolero a líder revolucionario

Este controversial personaje de la Revolución Mexicana nació en una hacienda llamada Río Grande, situada en el pueblo de San Juan del Río, Durango, en el año de 1878. Sus padres fueron don Agustín Arango y María Micaela Arámbula, ambos mestizos, de origen muy humilde. Doroteo era hijo de peones incultos y él tampoco fue a la escuela (aunque sí aprendería a leer y escribir y promovería el desarrollo escolar en México). Huérfano, tuvo una infeliz niñez y una conducta muy rebelde en la adolescencia, fue leñador, agricultor, comerciante, y bandido antes de hacerse militar revolucionario. Su padre, Agustín Arango, murió siendo él muy joven, por lo que tuvo que hacerse cargo de su familia y no pudo asistir a la escuela.

A los 16 años asesinó a un hombre importante para impedir que violara a una de sus hermanas, por lo que tuvo que escapar al monte para no ser detenido, ya que ese delito se perseguía con dureza y su cabeza tenía un precio. Es entonces cuando adopta el nombre de Pancho Villa, porque el primer nombre era común, y el apellido lo toma de su abuelo paterno, Jesús Villa, quien se negó a reconocer a su padre. Es así como nace el legendario Pancho Villa.

Pancho Villa era un hombre generoso, ya que compartía con los pobres lo que robaba y debido a esto se convierte en una leyenda que empieza a esparcirse en las cantinas y a difundirse con rapidez a través de corridos que contaban sus hazañas por ser un amigo de la gente pobre.

Cuando estalla la Revolución de 1910, Villa ya llevaba muchos años fugitivo y vivía en Chihuahua donde gozaba de gran admiración y popularidad entre los campesinos quienes, sufrían por el despojo de sus tierras a manos de los terratenientes y empresarios, por carecer de leyes que pudieran defender sus derechos.

Ante el descontento de los campesinos, paralelamente surge un frente de oposición cuyo objetivo era evitar la reelección de Díaz, por lo que en 1910 Francisco I. Madero presenta su candidatura a la presidencia de la República. Villa, que ya era conocido, es invitado a sumarse a esta rebelión a invitación de Abraham González, uno de los hombres de confianza de Madero, y comparte los planteamientos de Madero en el Plan de San Luis, en donde llama al pueblo a alzarse en armas contra el régimen dictatorial, y promete a los campesinos la devolución de las tierras que les fueron arrebatadas injustamente durante el porfiriato.

Dado su conocimiento del terreno y los campesinos, así como su habilidad innata para la guerra y su carisma, Villa logra formar su propio ejército en el Norte apoyando a la causa revolucionaria quedando olvidados sus delitos anteriores, y decide luchar junto a los suyos. Sus fuerzas fueron clave para el rápido triunfo del movimiento revolucionario que apenas duró seis meses, para vencer y expulsar a Díaz de México.

Francisco Villa viaja a la capital con Madero, quien ya era presidente de México (1911-1913) y es nombrado General honorario de la nueva fuerza rural. Las reformas no fueron del todo las esperadas, pero Villa apoyó a Madero y combatió junto con Emiliano Zapata y Venustiano Carranza contra Victoriano Huerta, que pretendía una dictadura contrarrevolucionaria.

La situación no estaba del todo consolidada; había temor de una contrarrevolución conservadora, así como las exigencias de los revolucionarios agrarios que habían apoyado a Madero como Emiliano Zapata que era el líder de la rebelión del Sur y Pascual Orozco, quien junto con Villa protagonizó la toma de Ciudad Juárez donde fue apresado Porfirio Díaz, y declarado Presidente Madero, los cuales exigían una ejecución inmediata de la reforma agraria que se planteó en el Plan de San Luis, motivo por el cual se habían unido a la lucha.

Debido a la ausencia de avances reales, Emiliano Zapata decide desconocer la autoridad de Madero, quien lo consideró un traidor, así como Pascual Orozco quien acusa a Madero de incumplir con el Plan de San Luis, y encabeza una sublevación en marzo de 1912. A pesar de lo anterior, Villa se mantiene fiel a Madero, pero Madero cometió el error de poner en manos de Victoriano Huerta, quien fue general del ejército de Porfirio Díaz, el mando de las tropas para sofocar la rebelión de Pascual Orozco, que se había producido en la zona de donde eran originarios Orozco y Villa. Huerta pasó a la historia como uno de los personajes más siniestros de la historia.

Huerta puso a Villa al frente de las fuerzas avanzadas, que estaban compuestas por gente leal a Madero, él se puso al frente de los soldados federales, los cuales mantenían la retaguardia. Comandando la guarnición de Parral, Villa logra derrotar a Pascual Orozco en Rellano.

A pesar de la victoria de Villa, Huerta no creía poder convertir a Villa en un ciudadano respetable, ya que sospechaba que había estado implicado en la rebelión de Orozco debido a las aspiraciones sociales del campesinado, que Madero había postergado, por lo que lo acusa de insubordinación al no obedecer una orden que le había dado, y lo hace comparecer ante un Consejo de guerra que lo condena a ser fusilado.

Gracias a la intervención de Gustavo Madero, hermano de Francisco, la sentencia no se lleva a cabo, pero es encarcelado en la capital donde aprovecha aprender a leer y escribir. En 1912 Villa se fuga de la cárcel y se refugia en El Paso, Texas.

En medio de las luchas entre los reaccionarios porfiristas y los revolucionarios agraristas, el gobierno de Madero termina ante la traición de su hombre de confianza quien lo manda asesinar en 1913, Victoriano Huerta, quien toma el poder.

Pancho Villa, quien había sido siempre fiel a Madero, regresa a México, y al mes de su llegada, ya había reunido un ejército de tres mil hombres, con los que inicia una lucha contra Huerta, logrando liberar al estado de Chihuahua, y posteriormente a todo el Norte del país.

La instauración de la dictadura contrarrevolucionaria de Huerta, tiene como resultado la unión de los revolucionarios contra Huerta. Venustiano Carranza, gobernador de Coahuila, se proclama “Primer jefe del ejército constitucionalista” cuyo objetivo principal era derrocar a Huerta y restablecer la legalidad constitucional. Carranza contaba con su propio ejército y hombres de confianza como Alvaro Obregón, quien era un gran estratega, y logra la colaboración de Pancho Villa y Emiliano Zapata, con un programa político y un plan agrario sólido.

Villa tenía un plan agrario menos estructurado, pero estos desacuerdos no impidieron el triunfo revolucionario. Villa tomó Zacatecas en 1914, siendo esta una victoria decisiva para tomar la Ciudad de México, por lo que Huerta no tiene más remedio que firmar su renuncia y partir al exilio. La toma de Zacatecas tuvo como consecuencia serias fricciones, ya que Carranza no quería que Villa se acercara a la capital.

Estas fricciones fueron resueltas con la firma del pacto de Torreón en donde Carranza tomaría el poder y gobernaría con civiles carrancistas y villistas, y establecía que ningún jefe podría ser candidato a la presidencia lo cual contravenía a las ambiciones de Carranza. Los líderes agrarios se negaron a disolver su ejército y reconocer la autoridad de Carranza, por lo que éste optó por establecer su gobierno en Veracruz.

Dos meses más tarde, Villa y Zapata entraron a la Ciudad de México y nombraron Presidente del gobierno revolucionario a Eulalio Gutiérrez y luego a Roque González Garza. Los intereses de Villa y Zapata no concordaban por lo que las diferencias eran evidentes, motivo por el cual Zapata decide regresar al Sur y Carranza pudo tomar la iniciativa.

Después de esta victoria, Villa y Zapata se sintieron defraudados por Carranza, y la lucha ahora se volteó en su contra, no corriendo con la misma suerte que su anterior batalla, y fueron vencidos por Alvaro Obregón, lo que permitió que Carranza ejerciera el poder de 1915 a 1920.

A principios de 1915, el general Obregón dirige sus fuerzas contra Villa, quien lo llamaba “perfumado”, por su parte, Obregón se refería a Villa como “reaccionario, traidor y bandido”. Villa no quiso replegarse hacia su base natural, y finalmente fue derrotado en cuatro grandes batallas. En la tercera de ellas, Obregón pierde su brazo derecho por una granada villista, y es por esto que se le conoció con el sobrenombre de “El manco de Celaya”. Después de recuperar la capital, Carranza instaló en ella su gobierno.

Ante su derrota, Villa decide retirarse al Norte; regresó a Chihuahua ya no como el jefe de un poderoso ejército, sino como el líder de apenas mil hombres, después de haber contado con un ejército de 40 mil. No obstante, al obtener Carranza el reconocimiento de su gobierno por parte de Estados Unidos, decide provocar un enfrentamiento de Estados Unidos contra Carranza, por lo que en 1916 los villistas detienen un tren, y hacen bajar a los pasajeros entre los cuales 15 eran norteamericanos y los fusilan, lo que solamente causó protestas diplomáticas.

Meses más tarde, en la población de Columbus, Ohio, en Estados Unidos, Villa mató a tres soldados estadounidenses e hirió a otros siete, además de cinco civiles, y de saquear e incendiar establecimientos, lo cual produjo una reacción del vecino país cuya misión era capturar a los rebeldes.

El presidente Wilson, de Estados Unidos, mandó al Norte de México a un ejército con la intención de acabar con Pancho Villa, pero gracias al conocimiento de la zona y la ayuda de los campesinos, Villa estuvo a salvo durante cuatro años, aunque hubo enfrentamientos entre villistas y norteamericanos, así como entre constitucionalistas y norteamericanos. Estos últimos optaron por retirarse en febrero de 1917.

Después del asesinato de Carranza en 1920, Adolfo Huerta, presidente interino, le ofrece a Villa una amnistía y un rancho en Parral, Chihuahua, a cambio de retirarse de la política y sus actividades subversivas, por lo que Villa acepta y depone las armas con la intención de crear en el rancho que le dieron un proyecto de formar colonias militares.

Villa sufrió numerosos atentados durante tres años, de los cuales resultó ileso, pero el 20 de julio de 1923 en Parral, Chihuahua, acompañado de seis de sus escoltas, fue balaceado y muerto por un grupo de hombres al mando de Jesús Salas. Este asesinato fue urdido por Alvaro Obregón y Plutarco Elías Calles, por temor a que Villa apoyara a Huerta, quien aspiraba suceder a Obregón en la presidencia.

SIGUIENTE NOTICIA

Yucatán

Voces del Pueblo.