El Monumento a la Patria congregó ayer por la mañana a cinco Premios Nobel de la Paz y a varios activistas locales e internacionales para exigir acciones concretas contra el cambio climático y mayor conciencia para cuidar al planeta, evento en el que la guatemalteca Rigoberta Menchú Tun encabezó la Ceremonia del Sagrado Fuego para pedir perdón a la Madre Tierra por los daños que el hombre le ha ocasionado.
La actividad denominada “Huelga global estudiantil por el clima”, forma parte del Movimiento Fridays for Future, inspirada por la adolescente sueca Greta Thunberg, y se hizo de manera simultánea con otros 5 mil 200 eventos que se llevaron a cabo en 156 países de todos los continentes, según se explicó durante el acto.
Desde muy temprano, decenas de estudiantes y activistas comenzaron a llegar al Monumento y poco antes de las ocho arribaron Jodi Williams, Rigoberta Menchú, Tawakkol Karman, Juan Manuel Santos y Leymah Gbwee, laureados en 1997, 1992, 2011, 2016 y 2011, respectivamente.
Extinción de especies
Con carteles en las manos los activistas locales manifestaban su desacuerdo con la proliferación de los plásticos, la irresponsabilidad de gobiernos por evitar la deforestación y contaminación, así como también la falta de consciencia ciudadana en general para cuidar al planeta.
Posteriormente intervinieron brevemente los Premios Nobel para manifestar la necesidad de que gobierno y sociedad adopten actitudes y acciones para lograr tener un planeta limpio y seguir el ejemplo de millones de jóvenes en todo el mundo que dedican gran parte de su tiempo para crear consciencia y guiar a la comunidad hacia un futuro mejor.
De igual forma expusieron su preocupación por los altos niveles de contaminación ocasionados por el uso de combustibles fósiles y pidieron a las autoridades que enfoquen sus energías y políticas para acabar con el uso de esas fuentes de energía.
Activistas locales también alertaron que, si no se toman acciones inmediatas para revertir los daños ocasionados ya a la Tierra, se avecinará en pocos años un período crítico que llevaría a la sexta extinción de las especies que habitan el planeta.
Perdón al corazón del cielo
Finalmente, Rigoberta Menchú realizó la Ceremonia del Sagrado Fuego con un incensario y hojas de plantas, pidiendo perdón por tantas agresiones a nuestro planeta y subrayar que no basta con decir que se ama a la madre Tierra si no se demuestra con hechos al mismo tiempo.
“Perdón madre Tierra, porque te hemos ensuciado, porque no somos conscientes de que a una madre hay que cuidarla cada instante de nuestra vida. Perdón Madre Tierra porque te hemos enfermado y hoy estás enferma, expresó ante el silencio de todos los presentes.
“¿Qué hacen los hijos cuando una madre se enferma?”, preguntó y enseguida respondió: “La cuida y le retribuye todo lo que le hemos quitado, pero ahora eso no está sucediendo, por eso perdón en la salida y en la caída del Sol, perdón en el nacimiento de la anoche, perdón en el nacimiento del agua, perdón a los abuelos ríos, a los abuelos árboles, al cosmos, perdón al corazón del cielo, de la tierra, perdón porque no hemos cuidado de nuestra madre Tierra”.
Con voz entrecortada, Rigoberta Menchú continuó: “Por eso ninguna lesión a la madre es justificable, no podemos decir está bien, golpeamos sólo un poco, no podemos decirle que la queremos, pero al mismo tiempo la golpeamos. Por eso te pedimos perdón Madre Tierra y queremos que se sanes porque te hemos golpeado y porque tienes hijos insensibles”.
Resaltó que los mayas cada 20 días le piden perdón a la Madre Tierra y cada vez que nace un niño también se pide perdón por todos aquellos que no piden perdón y siguen dañándola y enfermándola.
“Por eso hoy nos reunimos una vez más para pedirte perdón madre Tierra y ojalá que sean millones y millones de gente que también pidan perdón y darte gracias a la vez por darnos la vida…”
Finalmente los laureados regresaron al Centro Internacional de Congresos para continuar con las actividades de la Cumbre de la Paz, mientras que los activistas marcharon hasta la misma sede, pero sobre las aceras para no afectar el tránsito vehicular.
(Rafael Mis Cobá)