“Tenemos que cambiar el rumbo del mundo y, con la ayuda del Señor, vamos a cambiarlo para que sea como el Señor quiere, el reino de Dios, el reino de la justicia, de la paz, de la fraternidad. Con la ayuda del Señor lo alcanzamos, podemos alcanzarlo”.
Eso aseguró ayer Monseñor Franco Coppola, Nuncio Apostólico en México, quien amable y sonriente, con verdadera sencillez, se paseó por las instalaciones de la Unidad Deportiva Kukulcán, donde se desarrolla el 7o. Congreso Eucarístico Nacional, y allá platicó con la gente, se dejó entrevistar y se tomó fotos con muchas personas que se le acercaron.
–¿Por qué es necesario cambiar el rumbo? —preguntamos:
–Por los desafíos que nos esperan. La gente está consciente de eso y necesitamos tener la fuerza, la energía de la parte de Dios para poderlos enfrentar por el bien nuestro y sobre todo por el bien de nuestros hijos. Creo que cada papá y cada mamá están preocupados por el futuro de sus hijos. Conocemos el mundo de hoy y no nos gusta mucho. Peor si pensamos y si damos lugar a las preocupaciones, los miedos que tenemos de adónde va el mundo.
–¿Cómo puede explicarse la presencia de tanta gente en este evento?
–Pienso que lo resume bien el lema del Congreso: Dice: “Pueblo de Dios, levántate y come, el camino es largo”. Tenemos conciencia de que el camino es largo. Y a veces ver cuántas dificultades, cuántos problemas, cuánto sufrimiento, cuánto dolor hay, también tanta confusión que hay en el mundo, nos puede desanimar, nos puede hacer perder la fuerza, nos puede hacer decir: ¿Qué hacemos? Pero el Señor nos invita a levantarnos. O sea no quedarnos sentados, tranquilos, sino levantarnos. En la actitud de la persona que trabaja, estar levantados y caminar. Pero él no sólo se limita a animarnos a caminar, nos da a comer para que podamos tener el alimento, la fuerza, la energía necesaria para enfrentar este camino, y ese alimento es la eucaristía. Ese pan que nos da la vida.
Primera vez en un Congreso Eucarístico
Luego, el distinguido visitante comentó:
–Vivo con mucha alegría este congreso. Es la primera vez en mi vida que participo en un congreso eucarístico. Antes de mi servicio estaba en África y no había esta tradición. Son los pueblos que tienen más tradición católica los que tienen estos congresos. Participo con mucha alegría, con mucho gusto. Siempre es algo esperanzador ver toda la fe con la cual los mexicanos acogen a Jesús Eucaristía. Este gran don que el Señor nos ha hecho de su presencia en medio de nosotros. Esperamos que este congreso pueda renovar esta fe en los mexicanos para que podamos encontrar al Señor presente en nuestras vidas, y hacerlo presente a través de nuestras vidas con todos los que convivimos. Es un evento muy importante. Veo que la Arquidiócesis de Yucatán está dando lo mejor de sí misma para acoger a los mexicanos de todos lados, y los invito a participar.
(Roberto López Méndez)