Víctor Salas
La Compañía de Danza Kaambal, dirigida por los hermanos Samuel y Abraham Espinosa Pat, es la única de las existentes en Mérida, que brinda a uno como espectador, un placer pleno. El de ellos es un trabajo que se mira sin resquemor, porque no hay deformaciones folclóricas o el uso exagerado de bisutería. O sea, no pone a sus bailarinas como estrellas de un cabaret.
Estando en el teatro saludé a una gran amiga que recordó que mis orígenes eran folclóricos. “¡Claro!, le dije, tuve de maestros a Manuel Lomé, quien era especialistas en danzas tarahumaras y norteñas. Y más adelante, en Jalapa, por educación complementaria, a Miguel Vélez Arceo. Dos monstruos del folclore, la investigación y la preservación de la danza mexicana”.
La Compañía Kaambal presentó cinco cuadros: Norteño, Huasteca Potosina, Michoacán con los Viejitos, un cuadro de la vestimenta mexicana y Jalisco.
Fundamental resulta decir que su vestuario no tiene una sola lentejuela, todo en él es colorido, encaje y listones, elementos del vestuario mexicano que es tan hermoso que no necesita aditamentos o alucinantes ideas del show.
Cada una de sus estampas fue desarrollada con trazos espaciales bellos, dinámicos, teatrales y eficaces para las exigencias escénicas.
En Panorama Escénico, título del espectáculo, nos encontramos con un profundo conocimiento de lo que es una mise en escena, la vinculación, el desarrollo y la unión entre un cuadro y otro.
Con el trabajo de Kaambal siento que estoy viendo a México, siento una propuesta madura, hecha por hombres inteligentes, de sólido criterio acerca de las costumbres mexicanas y una respetuosa ideología sobre las expresiones de nuestro pueblo. Personas como Samuel y Abraham Espinosa Pat son las que deberían dirigir el Ballet Folclórico del Estado, porque estarían mostrando al mundo la realidad de nuestras vaquerías y nuestras fiestas regionales.
Para los cambios de escenas Kaambal ha utilizado el recurso de presentar a una cantante y un declamador que anuncian la estampa que veremos. Ella es Mayita Sobrino, mujer de belleza extraordinaria y de corazón más aún. Cuando comenzó a trabajar escénicamente con Kaambal su voz me pareció de modulación nerviosa. Ahora se escucha como una soberbia cantante que sabe pisar el escenario y moverse en él. Sus trajes elegantes, bellos y siguiendo el estilo de la compañía en cuanto al adorno en la vestimenta.
Miguel Segura es el declamador, quien le imprime voz de México al espectáculo. Nada más le sugeriría no hacer esa mezcla de textos poéticos tan conocidos, porque de repente uno piensa que hay un plagio de versos de parte de algún poeta. Daré el ejemplo concreto, La poesía dedicada a San Luis Potosí no me pareció una idea adecuada mezclarla con versos de una poesía dedicada a Mérida. Se presta a malas interpretaciones. Maestro Miguel, tome nota, por favor.
Para finalizar, la estampa de Jalisco fue bailada al compás de un mariachi con tres trompetistas de primer orden.
Respetuosos, los hermanos Espinosa se dieron a la tarea de imprimir en papel bond el programa de mano. Eso es tener deseos de trabajar sobre la realidad. Hasta una fotografía pusieron como portada.
Hoy por hoy, la más respetable, profesional, ética y congruente compañía de danza folclórica en la entidad es Kaambal.