Pequeños estudiantes de la Escuela Primaria Héroe de Nacozari descubrieron secretos, historias y leyendas que resguardan los muros del anexo al templo de la Mejorada, donde hoy está erigida la Facultad de Arquitectura de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY).
Alumnos de la materia “Análisis y crítica de la arquitectura a través de la historia” acudieron al encuentro con los niños que estaban dispersos en el patio donde unos exploraban asombrados, mientras otros miraban la vegetación que colgaba de los árboles; algunos más atendían una indicación de la maestra. Todos, eso sí, maravillados con en el amplio espacio del edificio colonial, que data del siglo XVI.
Una vez reunidos con tranquilidad en un salón, la profesora titular de la materia, Elvia González Canto, les regaló un libro ilustrado para colorear, el cual narra los acontecimientos históricos relevantes del sitio y describe las características arquitectónicas de los edificios que integran el Barrio de La Mejorada.
“El objetivo es que los niños conozcan la historia del Barrio donde viven y estudian, hacerlo de manera entretenida y que estimule su conocimiento por aprender más sobre el patrimonio edificado de la ciudad”, explicó la docente.
En efecto, la Primaria Héroe de Nacozari se encuentra a unos metros del antiguo edificio que es sede del Campus de Arquitectura, Hábitat, Arte y Diseño de la UADY. Por ello, resultó motivadora la experiencia de aprendizaje para los pequeños estudiantes.
Armados con sus libros, empezaron la exploración guiados por un alegre personaje llamado “Manuela”, que resulta ser la campana más antigua del templo de La Mejorada. Así, por medio de una actividad lúdica, señaló Elvia González, se estimula el conocimiento de la ciudad de Mérida, y en este caso, de uno de sus Barrios.
Entonces, niñas y niños se hicieron la aventura guiados por la campana “Manuela”, quien desde las páginas del libro contaba la historia del lugar con más de 380 años. Admirados, pero a la vez temerosos, escuchaban atentamente cada palabra leída por los jóvenes estudiantes de la Facultad de Arquitectura, quienes compartían con ellos.
En el siglo XVI, les narraron, el conjunto se construyó en dos etapas: Primero, la iglesia que es un emblemático templo colonial; y posteriormente edificaron el convento, un complejo con arcos de piedra y bóvedas que se ubican en la planta baja. El conjunto fue concluido en 1694. Atónitos, mientras seguían la historia, los pequeños gritaban: ¡Más! ¡Más!, para que los jóvenes continuaran con el relato de las andanzas de “Manuela”.
La parte más bonita del edificio, dijo la campana emocionada, es el patio central, desde ahí entra la luz, el aire y por los arcos podemos caminar y cubrirnos del sol y la lluvia.
En 1861, el convento se convirtió en el primer nosocomio de la ciudad nombrado como Hospital General de San Juan de Dios, después albergó una cárcel de mujeres, más tarde, el cuartel de soldados, y a finales de los años 70 fue donado por el gobierno del Estado a la UADY, para albergar lo que es ahora la Facultad de Arquitectura, donde se formaron salones para los talleres con puentes de viguetas de fierro y pilares de mampostería.
La doctora Elvia González tomó la palabra y comentó que, actualmente, la Facultad puede visitarse para admirar el edificio y observar trabajos de los estudiantes que representan técnicas arquitectónicas utilizadas por nuestros antepasados.
La treintena de pequeños continuaba cautivada, se miraban entre sí, con expresiones de emoción y hojeando el libro queriendo saber más. “Manuela”, la campaña, prosiguió, para darle turno al Cuartel de Dragones. A un costado del templo, encontramos el legendario Arco de Dragones, llamado así por el cuartel, que se construyó en el año de 1690 y su función fue marcar límites entre cada barrio.
La vieja campana continuó la explicación a detalle: El Cuartel primero fue hospital de los frailes franciscanos, después acantonamiento de soldados del Regimiento de Dragones, y a principios de los años 90 se creó el Centro Cultural del Niño Yucateco, que hasta el día de hoy es un edificio lleno de risas y alegría de infantes que acuden para conocer, aprender y preservar la cultura yucateca.
Al terminar con la historia que reveló los misterios y secretos del Barrio de La Mejorada, los niños realizaron actividades artísticas y lúdicas, así como juegos de mesa, laberintos y sopa de letras con los lugares emblemáticos del sitio.