PROGRESO, Yucatán, 4 de septiembre.- A sus 65 años de edad, Claudio Fernando Chi Delgado, conocido como el “Pollo”, es un personaje popular a quien a diario se le encuentra en las céntricas calles dispuesto a ganarse unas monedas como utilitero.
A pesar de su problema de discapacidad mental, la cual no es impedimento para que trabaje diariamente para sus gastos necesarios, por unas monedas realiza mandados para tener su propio dinero.
Hizo mención que fue hijo de Santiago Chi Moreno y María Delgado, ambos fallecidos. En su niñez acudió a la escuela “Maniobras Marítimas”, pero en aquellos años debido a su problema de aprendizaje tuvo que dejar las aulas por sus problemas de no aprender lo que los profesores enseñaban.
No sabe leer, escribir ni contar, pero ante las necesidades de la vida conoce el valor del dinero, de los billetes de 20, 50 y 100 pesos, que es la cantidad que le dan para realizar las compras de los mandados que realiza a los que le piden sus servicios en el puerto.
“De esta manera sé obtener dinero, haciendo mandados, por lo cual tengo que conocer el valor del dinero y cuánto cambio voy a dar, aunque las personas que me ocupan saben que no sé contar bien y me dan el dinero exacto y me dicen cuánto es lo que debo regresar y me dan unas monedas por el mandado que realizo.
“En el caso de mi comida me la proporciona el comedor parroquial de Progreso, donde a diario recibo mi ración del almuerzo. En el caso del aseo personal, lavo y costuro mi ropa, que es prácticamente diferente porque uso el pantalón arriba del ombligo, tal como lo usaban las personas de antaño”, apuntó.
Agregó que sus padres le enseñaron a vestirse de esta manera y a estar siempre aseado, siempre le hicieron diferenciar entre la pobreza y la puerqueza, que son cosas muy diferentes, ya que aún cuando era humilde su mamá siempre le decía que la casa debe tenerla limpia.
“Al morir mis padres me dejaron un predio de la colonia Juan Montalvo con todo lo que tenían en el hogar y al regresar por la noche ceno, me baño y veo la televisión, es una antigua pero los vecinos me dieron una cajita para entretenerme en la casa”, afirmó.
Después de una charla en una banca del parque, de nuevo tomó su bolsa para continuar con su mandado, para obtener el dinero para el pago del consumo de la energía eléctrica y agua potable.
El popular personaje es muy apreciado en este puerto pues es muy platicador y a diario recorre las calles de la urbe, el centro de la ciudad y el mercado en espera de los mandados del día.
(Julio Jiménez Mendoza)