Yucatán

'Felpar”: fallecer, morir (usado en los años 50)

Roldán Peniche BarreraYucatán Insólito

 

Serían interminables los sinónimos que empleamos en nuestra península yucateca para significar morir, fallecer, perecer, pasar a mejor vida, el descanso eterno, sin necesidad de caer en palabras vulgares o de película corriente o radio-novela sin vuelo, como “dejar este valle de lágrimas” o “se lo chupó la bruja”.

No sé si antes de los 50 se usaba el verbo “felpar” por morir, al que estábamos más acostumbrados a emplear para “paliza”, “tunda”, “dar de nalgadas”, “estatequieto” y demás yerbas.

Lo cierto es que a partir de entonces, florecieron como en un jardín macabro, expresiones por morir, como “tesó”, “colgó los tenis”, el mayismo “se lo llevó chacachupa” (si no me equivoco ideado por los Herrera al mediar el siglo pasado y que no sólo se usaba en las tandas de las carpas de Santiago y otros parques, y en las del Teatro Plaza, del Yucatán, del “Variedades”, sino así mismo en el Malecón de Progreso durante el mes de agosto, así como en anuncios radiales (no había televisión) aunque no recuerdo si también en el cinematógrafo.

Todavía existe el uso de “felpar” en Yucatán, no tan a menudo como lo era en los años 50, pero ha sido sustituido por otros sinónimos, algunos ya hemos citado líneas arriba.

Un ejemplo:

Conversan por el barrio de Santiago, los entonces jóvenes esposos Mírtilo y Mírtila Hérdez:

-¡Ay, Mírtilo! No sabes lo contenta que estoy desde que falleció nuestro viejo y borracho vecino Juan el carretillero…

-Pero amor, ¡Juan felpó hace sesenta años!

Palangana de Raíces

(Concluye)

En esta obra, amena y divertida, independientemente de lo anterior, Mario Montero Medina no tan sólo se limita a enseñarnos las toponimias, los gentilicios y los regionalismos de Yucatán, Campeche y Quintana Roo, puesto que también menciona el significado de diversos términos empleados en varios Estados de nuestro país.

Cabe hacer notar que en el desarrollo de su obra Mario Montero Medina, hace un paréntesis, para reconocer las valiosas aportaciones que en el campo de los regionalismos nos ha dado el titular de esta columna Don Roldán Peniche Barrera.

Estoy cierto que “Palangana de Raíces” es una obra que nos hacía falta para adentrarnos en el estudio de las raíces mayas y con su llegada Mario Montero Medina se anota un éxito más, en su ya larga trayectoria de obras didácticas que tanto lo honran y lo prestigian.

Un abrazo

Jorge Parra Zapata