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Serían 320 los afectados por la empresa Evertex

Durante más de 2 años la empresa Evertex reportó ganancias importantes a los inversionistas que pusieron su capital en el sistema de inversión de CFD’s en el marcado de divisas, hasta que el negocio reventó y les hizo perder el 75 por ciento.

Se habla que el número de afectados oscila entre 280 y 320.

Luego de que salió a la luz este escándalo se pudieron conocer más datos de este caso, de acuerdo con la versión de algunos de los inversionistas, quienes pidieron el anonimato, pues todavía están en el proceso de recuperar su inversión.

Estas versiones confirman que Luis Enrique Servín Navarrete era el cerebro de este negocio y quien llevaba a cabo las operaciones a través de una inversión de CFD’s (Contratos por Diferencia), en las que en realidad no se compraban divisas, sino que se llevaba a cabo una operación de los recursos a través de un bróker; a decir de algunos de los inversionistas, se trataba de una especie de casino, en el que se jugaba con el capital en razón del alza y la baja de divisas.

Se deslinda, pero…

En este negocio se menciona también a Andrés Rivero Ponce, quien –aseguran– en su momento se presentaba como socio al 50 por ciento de la empresa, pero cuando estalló el problema ha intentado a toda costa de desvincularse del problema, al señalar que sólo arrendaba un local a Servín Navarrete.

Incluso comentaron que Rivero Ponce no sólo se presentaba como socio igualitario de Servín Navarrete en la empresa Evertex, sino también de otras empresas como “Edifor” y “Catapulta”.

A través de Evertex se invitaba a participar a los inversionistas y se manejaban dos esquemas; el primero de ellos ofrecía un rendimiento del 3.5 por ciento mensual y había un respaldo de la inversión, por lo que era considerado algo así como el esquema conservador.

El otro, en el que habrían invertido la mayoría de personas, ofrecía un rendimiento de 1 por ciento diario y una pérdida máxima del 2 por ciento. Según mencionaron, este esquema era respaldado por un historial de los años en que había estado funcionando la empresa y que mostraba que, en más de 2 años, a lo mucho habían ocurrido pérdidas durante 1 ó 2 días en todo ese lapso.

El negocio operaba de lunes a viernes y cada lunes se mandaba de forma puntual un informe correspondiente a la semana anterior, en el que se veían las pérdidas, en caso de haberlas, y las ganancias. Cuando se daban ganancias, éstas se integraban al capital para un nuevo rendimiento, pero también en caso de que la gente quisiera sacar su dinero se enviaba de inmediato a través de la aplicación para las transacciones que se usaba, denominada “Skrill”.

Para recibir el dinero que se solicitaba en efectivo se tenía que avisar con 3 días de anticipación.

Rendimientos interesantes

Mencionaron que la verdad sí había rendimientos interesantes durante el tiempo que funcionó el negocio. Más adelante, incluso, el dinero se entregaba de forma inmediata, incluso el mismo día que era solicitado y ahí fue cuando empezó a haber ciertas dudas.

Fue en noviembre del año pasado cuando algunos de los inversionistas pretendieron sacar su dinero y se les dijo que ya no había dinero por el momento, sino que estaría disponible hasta mediados de enero del 2020 porque de momento se había detenido el negocio, lo que llamó la atención de la gente porque siempre que el negocio se había detenido, como cuando Servín Navarrete tenía que salir de viaje, se avisaba.

Las versiones apuntan a que Andrés Rivero era la cara del negocio y Servín Navarrete era el que operaba el sistema, por lo que el primero no sabía cómo iban las operaciones; no obstante, los entrevistados sostienen que a pesar de ello sí se presentaba como socio igualitario de la empresa.

La gente que invirtió siempre supuso que el riesgo mayor era perder el 2 por ciento y nunca el 75 por ciento del capital.

Fue el 26 de diciembre que explotó el negocio y que se supo que las pérdidas habían sido brutales y empezó, desde luego, la psicosis de que se les había estafado y demás, aunque es un hecho que Servín Navarrete en todo momento ha dado la cara y ha enfrentado la situación. Hasta hace poco lo hacía personalmente, pero debido a la magnitud, ahora son sus abogados los que dan la cara por él en este problema.

Dos opciones

Servín Navarrete no ha huido su responsabilidad y, según se pudo saber, son dos opciones las que ha ofrecido: la de devolver el 25 por ciento de la inversión y que se firme una carta de desistimiento o que los inversionistas esperen 10 meses, pues él asegura que con el fondo que todavía se tiene puede levantar el negocio y regresar la inversión a los que pusieron dinero.

El error de Servín Navarrete se habría dado hace unos 6 meses por un mal manejo y un día operando el software se le habría olvidado poner algo que se llama “stop lost”, que es un mecanismo automatizado que controla las pérdidas y las ganancias y que se retira de la inversión cuando las pérdidas alcanzan el máximo estimado.

Pero, según mencionaron, el propio Servín Navarrete les ha dicho que un día se le olvidó activar este sistema y que las pérdidas superaron el máximo del 2 por ciento estimado y alcanzaron un 5 ó 6 por ciento, de tal forma que él empezó a disfrazar la pérdida al colocarla como ganancia, presentando informes falsos y demás, de tal forma que las pérdidas se elevaron exponencialmente y generaron pérdidas mucho mayores.

Porque, al seguir operando y seguir recibiendo inversiones, éstas eran usadas para pagar a los inversionistas y rápido se convirtió en una pirámide que fue difícil de sostener, hasta que se desplomó el negocio.

Aunque la responsabilidad la ha asumido por completo Servín Navarrete, algunos de los inversionistas aseguran que Rivero Ponce sí fungía como su socio y la molestia que se generó es que éste, al momento de explotar el asunto, habría retirado su inversión y sus utilidades, incluso las de sus familiares que habían invertido.

Se sabe que hay entre 280 y 320 inversionistas y se maneja una cifra de 80 millones de pesos, pero entre 20 y 30 personas habrían ya aceptado recibir sólo el 25 por ciento de su inversión; otros barajan la posibilidad de esperar los 10 meses para ver si el negocio se levanta y se recupera el dinero, mientras que otro grupo se estaría organizando para ver si se presenta una demanda colectiva ante las autoridades competentes.

Buena fe

Sin embargo, se trataba de un negocio de buena fe y en el que, hasta donde se sabe, no se habría firmado documento alguno, por lo que asumen que sería difícil entablar un proceso jurídico.

Se sabe que las inversiones son variadas, pues hay desde inversores menores que habrían puesto 10 mil, 15 mil o 20 mil pesos, hasta inversionistas que habrían puesto hasta 1 ó 5 millones de pesos.

En este caso, se menciona también de forma recurrente a Jenaro Mier y Terán Medina, a quien señalan como uno de los que invitaban a la gente a participar en este esquema, pero hasta ahora no hay elementos para asegurar que así fue. Incluso ayer el reportero habló con él vía telefónica para conocer su versión de los hechos, de lo cual informamos en nota aparte, y negó tajantemente cualquier relación con este negocio.

(David Rico)

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