“Hace veinticinco años había alrededor de trescientas o más personas que trabajábamos como cargadores y fuimos testigos de cómo ese oficio se iba apagando poco a poco y obligándonos a buscar refugio en otras actividades productivas para poder mantener a nuestras familias; actualmente solo quedamos unas veinte activas”, dijo ayer Santos Fabián Tec Canché, secretario general del Sindicato de Trabajadores de Carga y Descarga, afiliado a la Federación de Trabajadores de Yucatán.
Entrevistado en la oficina de la organización sindical ubicada en la Calle Ancha del Bazar (65 por 56), recordó que fue durante el gobierno de Carlos Salinas de Gortari cuando se liberó el sistema de maniobras de transporte en Mérida.
Fuente de trabajo
A finales de 1994 prácticamente todas las empresas, especialmente de los sectores comercial e industrial, comenzaron a utilizar camiones propios y a contratar a sus empleados para el reparto o distribución de productos, que era la principal fuente de trabajo para cientos de cargadores; había empresas que utilizaban hasta cuatro o más personas para las maniobras de carga y descarga.
–Pero todo se fue acabando poco a poco y ahora sólo sobrevivimos unos cuantos que trabajan dos o tres días a la semana y otros van por horas porque cada día que pasa la situación empeora y las empresas se niegan a pagar lo que realmente cuesta cargar o descargar un camión o contenedor de carga y prefieren buscar otras opciones, añadió.
Mucho riesgo
Comentó que la gente que contrata sus servicios muchas veces no toma en cuenta el riesgo que corren los cargadores, pues como no tienen patrón tampoco tienen acceso al seguro social; en caso de sufrir un accidente tienen que acudir a una clínica privada para ser atendidos y pagar por ello.
–Hay ocasiones que nos contratan para hacer un trabajo por poco más de mil pesos, pero para que nadie se quede sin trabajo se hace entre dos o tres personas, a fin de obtener algo de dinero para llevar comida a su casa, manifestó.
Nostalgia del pasado
Recordó que ese sindicato se fundó en 1927 cuando todavía había burros para cargar y las mercancías llegaban por ferrocarril; también descargaban productos misceláneos de varias dependencias, pero al liberarse las maniobras acabaron poco a poco con los cargadores y cada quien buscó la manera de sobrevivir.
Señaló que en la estación de ferrocarriles había hasta tres turnos de trabajo para descargar los productos que llegaban por esa vía y lo mismo sucedía en el puerto de Progreso.
Finalmente dijo que actualmente muchos operadores de camiones de carga se niegan a contratarlos porque consideran muy alta la cuota que les cobra el Ayuntamiento de Mérida por las maniobras de carga y descarga y prefieren buscar la manera de que las empresas envíen unidades a las afueras de la ciudad donde realizan esa labor.
(Víctor Lara Martínez)