Yucatán

Piden apoyo para abuelita que fue desalojada y sufre violencia en Mérida

Vecinos de Tixcacal Opichén, en Mérida,  denuncian que Doña Lulú vive sola y en una situación de violencia.
Doña Lulú habita en una casa que se encontraba abandonada y que ahora también le piden desocupar. / Cuauhtémoc Moreno

Hace aproximadamente tres años, doña Lulú se quedó sola y durmiendo en la calle, luego de que la esposa de su hijo la sacara de la casa. Estuvo un tiempo pidiendo caridad y durmiendo en la esquina que pudiera, hasta que una vecina de Tixcacal Opichén le ofreció habitar una casa que se encontraba abandonada; sin embargo, ahora también le piden desalojar y no tiene a donde ir, por lo que solicita apoyo para trasladarse a un asilo.

Para que pudiera habitar el sitio, los vecinos colaboraron, de manera que ya tenía incluso los servicios de luz y agua; además, también la apoyaban llevándole comida y realizando la limpieza cuando les era posible. Por ello, ahora son los mismos vecinos que denuncian que la señora está viviendo una situación de violencia.

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Hace un tiempo, llegó Lupita con su familia, tres hijos y su esposo, a quienes doña Lulú les dio hospedaje en la casita; después también su sobrino vino a pedirle quedarse y, por último, doña Panchita también arribó al sitio, quien, según asegura doña Lulú: “es a todo dar, ella me ayuda”.

Han sido los mismos vecinos quienes han asegurado que la octogenaria no solamente fue abandonada por su hijo, sino que además le brindó techo a su sobrino y a la familia de Lupita, pero ahora sufre de violencia en manos de ellos e igualmente quieren sacarla de la casa. Incluso algunas vecinas señalaron que ya no van a ayudar a doña Lulú con la limpieza porque está su sobrino y es muy prepotente.

Sin embargo, Lupita aseguró que ha llegado la dueña, incluso con abogados, a pedirles que dejen su propiedad; ante lo cual, su esposo habló con ella y logró conseguirles seis meses para que encontraran un lugar donde quedarse, pero ya han pasado cuatro y no les queda mucho tiempo.

“Ella no tiene a donde ir y yo no me quiero hacer responsable”, aseguró.

Por otro lado, una de las vecinas señaló que doña Lulú recibe el dinero de bienestar, pero su hijo le quitó su tarjeta y es él quien lo cobra; ante esto, la señora iba a cambiar la tarjeta asignada en Bienestar Social, pero su hijo la amenazó diciéndole que si la cambiaba se olvidaba de él.

“Él ni siquiera la viene a ver, además vive en Cancún y la tiene abandonada, se olvidó de ella; pero por eso ya no quiso cambiar la tarjeta para recibir el pago de Bienestar. Su hijo solo le manda 300 pesos”, aseguró la vecina.

“Mi hijo me sacó porque su esposa no me quiere; me manda dinero, me da 300 pesos a la semana para mi desayuno, almuerzo, cena, medicinas y todo lo que necesite”, aseguró doña Lulú.

Debido a esto, el único medio que doña Lulú tiene para subsistir es la caridad, motivo por el cual sale todas las tardes a la esquina para pedir apoyo.

“Para pedir caridad tienes que quitarte la vergüenza, no es fácil”, mencionó.

A esta situación se suman los problemas en uno de sus ojos, el cual ya no puede abrir.

“No veo bien y mi otro ojo ya va para lo mismo”, apuntó.

La mujer de la tercera edad contó entre lágrimas que hace años vivía con su familia, conformada por su mamá, papá y hermano, pero la casa en la que se encontraban se quemó y todos fallecieron, es por eso que se encuentra sola. Además, también señaló que su hermanita murió hace poco, pero que ella la maltrataba.

Ante esta situación, ha llegado a considerar el suicidio, comentando “quiero caminar hacia el mar y no salir”.

Es por ello que se hace una solicitud a la sociedad con el fin de brindarle una vida digna y de calidad a la señora Lourdes del Socorro, quien ahora tiene 86 años de edad y todo lo que desea es poder trasladarse a un asilo para olvidarse de tantas preocupaciones.

“Ahí hay personas de mi edad y me han dicho que te ayudan a bañarte y te dan de comer”, dijo.

Para proporcionarle ayuda se le puede visitar en la calle 77B #677 por 46, Tixcacal Opichén, esquina.

Por Cecilia Abreu