La familia Reyes Almeida lleva cuatro años esperando que la Junta de Agua Potable y Alcantarillado (Japay) pueda instalarles una toma de agua en su domicilio para tener acceso al vital líquido.
El principal conflicto es que el terreno se los otorgó el Instituto de Vivienda del Estado de Yucatán (Ivey), sin embargo, les han informado que una parte es propiedad de la Comisión para la Regulación de la Tenencia de la Tierra (Corett), situación que les preocupa porque parece no llegar a una solución favorable.
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“No tenemos agua potable, tenemos niños y ahorita con la pandemia es indispensable, tengo que comprar agua de pipa, lleno mi tinaco y ahí la vamos midiendo, pero sí nos hace falta, no sabemos por qué tarda tanto el trámite que iniciaron desde hace 3 años y medio”, señaló el señor Denis Reyes.
Mensualmente pagan alrededor de mil pesos por concepto de agua potable que les lleva la pipa, ellos son vendedores de dulces, debido a la actual situación sanitaria el señor Denis, quien es carpintero, se quedó sin trabajo, incluso tuvo que empeñar la mayor parte de su herramienta para poder salir adelante durante esta temporada.
No pueden decir que les alcanza el dinero con dos hijos, quienes toman sus clases en línea, no cuentan con computadora, por lo cual desde el celular hacen las tareas, pero lo que cuesta es ponerle recargas para poder estar en línea, reconoce la señora Antonia Almeida Ballesteros, “tiene que salir, no nos tocó ningún apoyo por la pandemia”.
La familia requiere el aval de la propiedad para que la Junta pueda colocarles la toma, de lo contrario no podrán tener acceso a este servicio básico, “la Japay dice que no nos va a dar nada, ya pagamos el predial y ni así, Japay no nos hace caso”, afirma la señora Antonia.
Por Karla Regina Aguilar