Yucatán

Espita: realizan ritual para buenas cosechas

La comunidad de Dzitás realizó esta ceremonia para pedir a los 'señores Creadores' lluvias abundantes para que la milpa se pueda cultivar.

Ayer se llevó a cabo en la comunidad de Dzitás una ceremonia tradicional denominada como Ch’a Cháak, la cual fue organizada por los jóvenes integrantes del colectivo Chuk Je´el, junto con los consejeros de sabiduría, campesinos y habitantes de la comunidad.

La ceremonia maya del Ch’a Cháak es un ritual de carácter agrícola y de raíces prehispánicas, cuyo fin es la petición de lluvia a los Yumtsilo’ob (señores creadores) para que las milpas puedan cultivar el presente año, en esta ocasión los campesinos de Dzitás agradecieron a la madre tierra por lo que les ha brindado.

El objetivo de esta ceremonia también fue que la comunidad reflexionara y valorara lo que hoy en día cada familia tiene a pesar de las adversidades.

Asimismo, los organizadores comentaron que, todo ritual posee un proceso particular y esta en particular hay tres etapas; la primera es construir el altar, en el cual se realiza en orientación al Lak’in (oriente) de forma cuadrada con maderas y con hojas de la planta nativa de Ja’abin (piscidia communis), en dicho altar se representa los niveles del mundo: cielo, tierra e inframundo.

Una vez realizado lo anterior, se ofrece o se hace entrega del santo vino o balché (elaborado de la corteza de un árbol nativo del mismo nombre en el cual se le agrega agua, miel y en ocasiones aguardiente).

Este representa la sangre maya y el espacio sagrado durante la solemne ceremonia, porque no sólo lo constituye el altar, sino el terreno mismo o patio en cada punto cardinal, además de lo mencionado se coloca una cruz en la mesa que representa a los cuatro cargadores del espacio llamados Bacabes, y al centro a Hunab Ku o Ajaw (un solo Dios o Gran Señor).

Para la segunda etapa lo constituye la entrega del Sakab en el que el ser humano ofrece su cuerpo en forma de maíz con el que fue creado, la bebida se coloca en el altar en 12 jícaras y uno al centro, es decir 13, esta bebida está elaborada con maíz y endulzado con miel.

En la tercera etapa, se ofrece en la mesa nuevamente, noj wajes (entierro de tortillas) elaboradas con masa, pepita molida y frijol, cabe mencionar que las tortillas son de trece capas, el cual representaría en términos cristianos a los 12 apóstoles y a Jesucristo como cabeza o los 13 niveles del cielo.

No obstante, esta última entrega está acompañada de carne de venado y carne de pollo; éste último criado para la ceremonia, pero son varias las gallinas sacrificadas con el vino balché y el cho k'ob (k´ool y pedazos del noj waj). Durante la etapa de finalización se refuerza la oración del sacerdote maya con base a peticiones, durante la entrega de la ofrenda se les amarran los pies a cuatro niños, atados en cada esquina del altar con un bejuco; esto niños hacen la representación de sapos durante la oración de la ofrenda.

Es así como en estos días, se recuerda esta ceremonia la cual refuerza la identidad, la fe y las creencias del pueblo maya actual para pedir por la benevolencia a sus cosechas.

Por Martín Mena