Yucatán

Prestadores de servicios turísticos de Izamal ven una lenta recuperación

Desde que inició la pandemia suspendieron sus actividades y con la reapertura aún no repuntan sus ingresos.
Los caleseros aún no levantan vuelo económicamente debido a los pocos turistas que llegan a la Entidad. Foto: David Collí.

Los prestadores de servicios turísticos como caleseros, hoteleros y restauranteros aún no repuntan sus ingresos a pesar de la reapertura de los lugares turísticos.

David Canto, secretario de actas de los coches Victoria, comentó que aún no llegan los turistas como antes, aunque poco a poco están llegando.

Agregó que antes de la pandemia sí había trabajo, “no nos podíamos quejar, llegaban muchos turistas y todos los compañeros hacían varios tours, pero al llegar la pandemia nos afectó ni salíamos a trabajar porque no hay turistas; ahora que llegó la reapertura de varios lugares turísticos apenas están llegando los turistas, pero no solicitan nuestro servicio, unos que otros son los que pasean, esperamos que esta mala racha ya termine para que todo vuelva a la normalidad”.

Por su parte, José Eduardo Torrez Gutiérrez, dueño del hotel la Paloma, señaló que “antes de la pandemia realmente nos iba muy bien, teníamos ocupación de un 80 a 85 por ciento, me acuerdo muy bien (que) en marzo estaba lleno el hotel porque habían varios eventos en la ciudad y los turistas llegaban y pernoctaban, pero al llegar la pandemia se canceló todo y tuvimos que cerrar, y en esta reapertura no es como antes; por ejemplo en octubre nos iba muy bien todos los años, pero este año nos fue muy mal, no hubo ocupación, el hotel cuenta con diez habitaciones pero con la reapertura solo puedo dar el 50 por ciento y eso también nos está afectando. En mi hotel mayormente se hospedan extranjeros, los nacionales es muy raro que se hospeden, pero hasta el momento ni extranjeros llegan”.

Por lo anterior, Espectación Pinto, responsable del restaurante Los Portales, dijo que todo estaba muy bien el año pasado, pero desde que inició la pandemia, cerraros porque decían que el COVID-19 venía muy duro y como ella ya está grande y tiene que cuidarnos, cerraron dos meses.

Dijo que se acabó su guardadito, “y tuvimos que abrir otra vez, pero la gente ya no compra, sólo vienen por un ratito y se van, los pocos que llegan a comer y a tomar café son los europeos; los nacionales no consumen, pero ahora son los europeos los que llegan a esta ciudad”.

Agregó que antes los cruceros que llegaban a Progreso los beneficiaba porque llegan a esta ciudad y consumían, pero ahora no hay nada.

Por David Collí