Con rezos y pibes, así como viandas en los altares, fueron despedidas las ánimas y se les espera el próximo año cuando de nueva cuenta se conmemore a los fieles difuntos.
En el último día del mes de noviembre, fue la fecha en que esta localidad acostumbra despedir a las ánimas, por ello desde temprana hora las amas de casa visitaron el cementerio municipal y al mediodía se hicieron rezos en todos los hogares.
Como cada año, los habitantes de la localidad conmemoraron la llamada despedida de las ánimas, en algunos hogares se prepararon los pibes, otros guisaron chilmole o bien rezaron en los altares de Hanal Pixán, algo similar a los días en que se conmemoraron las ánimas chicas y grandes.
Según la tradición, al menos en esta localidad, el último día de noviembre es la fecha en que todas las ánimas se van del mundo terrenal y retornarán el otro año.
En el cementerio municipal fue notoria la presencia de personas llevando velas y veladoras, así como flores para depositarlas en las tumbas de sus seres queridos, en las calles cercanas al mercado hubo movimiento debido a que las amas de casa compraron los ingredientes para los pibes, otros guisaron puchero o chilmole, todo esto para conmemorar la despedida.
Los altares fueron puestos de nuevo en las mesas donde se ofrecieron rezos, comidas, frutas y dulces para las ánimas que a decir de las tradiciones se marcharon y retornarán el próximo año.
Al menos así es la tradición y creencia, como lo explicó doña Regina Couoh, quien cada año en esta fecha acostumbra rezar a sus difuntos.
“Hoy se van y regresan el otro año, es por eso que hay que darles gusto con viandas, frutas, dulces y mucha comida, pero sobre todo con rezos, así estamos acostumbrados, es nuestra creencia”, indicó la mujer.
Lo cierto es que en este día cuando se despiden a las ánimas hubo mucho movimiento de gente y las ventas de flores, dulces tradicionales, pollo, puerco, hojas de plátano entre otros mejoraron un poco.
Por Carlos Chan Toloza