Luego que el pasado viernes activistas liberaran a perros y gatos callejeros que se encontraban en el Centro de Control Canino y Felino (Cemca) del Ayuntamiento de Mérida, finalmente ayer una comisión de los inconformes se reunió con las autoridades de la Comuna meridana, sin embargo, señalaron sentirse ignorados, ya que consideraron que sus peticiones a favor del bienestar de los perros y gatos en situación de calle no avanzaron.
En entrevista con Raúl Alfonso Argáez Ortega, vocero de la Red Animal y representante legal de Alianza un Millón de Esperanzas, expuso que ninguna de las partes se abrió a opciones o propuestas, sino que cada una permaneció con sus peticiones en todo momento.
“Las compañeras de Rescatistas Independientes exigían que la perrera sea cerrada, que sea derrumbada y las autoridades por parte del Ayuntamiento dijeron que no podían hacerlo de esa manera y se centraron en decir que hicieron mal y cometieron un delito”, contó.
Como recordaremos, en días pasados las rescatistas en una manifestación en la perrera, entraron al lugar, liberaron y se llevaron a los animalitos que se encontraban ahí.
Sin acuerdo
Aunque el objetivo era encontrar un punto de acuerdo, el vocero de Red Animal expuso que ninguna de las partes estuvo dispuesta a encontrar algún punto de equilibrio.
Al respecto, Argáez Ortega aseveró que “los funcionarios se cerraron al diálogo, nadie quiso ceder”.
Señaló que él proponía que por lo menos les dejaran tomar fotografías y videos y que, además, pudiera haber voluntariado dentro del lugar. Sin embargo, no se llegó a ningún acuerdo por ambas partes.
Por su parte, ante la demanda de no seguir matando a los animales, los funcionarios respondieron con una negativa al cuestionar qué se haría con ellos y que si las rescatistas se harían cargo.
Ante lo cual, la respuesta de las representantes de Rescatistas Independientes fue solicitar un lugar para mantenerlos y crear un albergue, lo cual les fue negado por el Ayuntamiento, por lo que, nuevamente, se quedaron sin una decisión clara.
Cabe señalar que de las exigencias más importantes para ellos es que el Cemca pase de ser un lugar donde se sacrifican perros y gatos, sea un centro de bienestar animal.
Asimismo, destacó que esperaba que las rescatistas pudieran obtener el permiso para llevarse, aunque sea a algunos de los animales que allí se encuentran, de forma que ellas indiquen cuánto espacio tienen en albergues y que sean esos los animalitos que se les entreguen.
Debido a la falta de apertura de ambas partes, la junta se dio por terminada sin haber resuelto el problema. Sin embargo, se dijo que trabajarían en un nuevo reglamento, pero esa fue la única sentencia obtenida durante la sesión.