Yucatán

Por si la enfermedad no bastaba, una sobreviviente de COVID-19 recibió rechazo y discriminación en Motul.

Ella es Stephanie G.A, tiene 34 años de edad, es madre de dos hijos, esposa e hija, a pesar de su edad está catalogada en el grupo vulnerable debido a que padece hipertensión.

La mujer es originaria de Motul, población ubicada entre los 10 municipios de Yucatán con el mayor número de contagios de coronavirus y fallecidos como consecuencia de la enfermedad.

En junio pasado se contagió de COVID-19, pero para ella hasta el momento es un misterio como lo obtuvo, piensa que pudo haberlo adquirido en su centro de trabajo, una conocida farmacia o en el transporte público.

Aunque asegura que ella salía a la calle completamente protegida. “Yo utilizaba cubrebocas, guantes, careta, gel sanitizante, pero aun así me tocó”, indicó.

Mencionó que nunca olvidará aquel 8 de junio, una semana antes de su cumpleaños, día en que comenzó a sentir los primeros síntomas de la enfermedad.

“Todo comenzó con un dolor de cabeza, fatiga y diarrea, luego, vino la calentura, que no cedía": recordó.

Indicó que acudió a un doctor particular, este le informó que eran los primeros síntomas de la enfermedad y la canalizó a un centro de salud público.

“Cuando me lo dijo sentí que mi corazón se me iba a salir, pensé en lo peor, ya que había escuchado que muchas personas se habían muerto por coronavirus, me puse a llorar y hasta le encomendé a mis hijos a mi mamá y esposo”, dijo aún con lágrimas en los ojos.

Explicó que a ella como está en el grupo de riesgo la trasladaron al Hospital Juárez.

Mencionó Stephanie que su respiración comenzó a bajar y sentía que se iba a morir, por lo cual le tuvieron que colocar oxígeno, recordó.

Indicó que cada hora que pasaba tenía más temor, porque en la sección donde estaba, ya habían fallecido varias personas. “Vi como las sacaban”.

“Llegó un momento en que pensé que lo mismo me ocurriría y me encomendé a Dios; por mi mente cruzaban los recuerdos de mis hijos y de mi familia, ya que no sabía nada de ellos y no sabía si los volvería a ver”, dijo.

Recordó que al tercer día, de los siete días de estuvo ingresada, pudo comunicarse con su esposo. “Una enfermera se compadeció de mí y realizó una llamada a mi familia, ya que me moría del miedo de haberlos contagiado, gracias a Dios, todos estaban bien”.

Indicó que a la semana de su ingreso pudo salir del hospital. “Sentí que Dios me había dado una nueva oportunidad de vida”.

Aseguró que luego que la enfermedad pasó, se enfrentó, ella y su familia a otro problema. “Ahora ya no era el coronavirus, sino al rechazo de la gente y a la discriminación esto por el temor a que los contagiemos”.

Explicó que no la querían llevar los taxis, tampoco la querían atender en las tiendas y la gente la miraba a ella y su familia como si estuvieran apestados.

“Eso fue lo más horrible de la enfermedad, gente que conocemos de toda la vida nos trataban mal”, lamentó.

“Yo los confronté, les expliqué que estaba curada y que no podía contagiar, además implemento todas las medidas sanitarias, sin embargo, ya pasó mucho tiempo de la enfermedad y aún hay gente que me discrimina”.

“Por fortuna yo pude vencer a la enfermedad, pero sé que otras personas del pueblo no corrieron con la misma suerte”, añadió.

Indicó que no hay nada más valioso que la salud y el sentimiento de no saber qué pasará es horrible, por ello hizo un llamado a la gente que se cuide, ya que esta enfermedad no es un juego.

Motul, está ubicado a 32 kilómetros de Mérida, es el décimo municipio con el mayor número de contagios de coronavirus con 228. Asimismo, registra 207 casos negativos, 54 fallecidos.

Del total de contagios el 43.4% corresponden a hombres, mientras que el 56.58% son mujeres: sin embargo, letalidad es más alta entre hombres, de las 54 muertes el 70.7% eran hombres y el 29.6% mujeres.

Los principales antecedentes médicos son hipertensión, obesidad y diabetes.

 

JG