Recuerdos de la Plaza Grande de hace medio siglo

Roldán Peniche Barrera

II

Hemos hablado del parque central de nuestra Plaza Mayor y de lo que ahí se usaba, así como de algunos personajes de entonces. De las edificaciones no hay mucho que decir (ahí estaban y siempre han estado la Catedral, la Casa de Montejo, los palacios de gobierno y municipal, el Ateneo Peninsular, los portales de la dulcería Colón, etc.) excepto que por aquellos años no habían derrumbado el viejo edificio del Olimpo que albergaba cantinas, restaurantes, billares, aseadores de calzado y puestos de revistas y cigarros. También existía el viejo Cine Novedades con sus “noches de la risa”, en las que, por un peso, podía uno divertirse con un montón de películas animadas de caricaturas. El Novedades fue, en su momento, uno de los cines más amplios de la ciudad, aunque no era de primera. Rodeado estaba de puestos de revistas y de cigarros y de algunos comederos.

El mencionado cine cayó en el abandono en los años subsiguientes y durante el gobierno de la Licda. Sauri Riancho fue demolido construyéndose en su lugar el actual Pasaje Picheta, lugar limpio y soleado que homenajea a nuestro mayor grabador y que resulta un atractivo tanto para el turismo como para nuestros estudiantes que se dan allá cita. Ubican en el pasaje tiendas, restaurantes y puestos de revistas (unos cuatro). A propósito de estos últimos, durante los años cuarenta y cincuenta del siglo pasado, había abundancia de ellos: el de los hermanos Aguileta, el de los hermanos Castro, el del Dr. Montes de Oca, el de don Genaro Molina; recuerdo también los de un tal Rubén y un don Raúl (Rubén falleció, y no sé de don Raúl, quien no era yucateco).