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Yucatán

Roldán Peniche Barrera

III

Hoy hablaremos del taquero “Tax”, también conocido como Vitaferro, tipo popular muy aficionado al béisbol; se le veía en el Estadio Salvador Alvarado y en el Parque Carta Clara; ahí se estaba como simple aficionado y claro que no ejercía el negocio de la taquería. Este “Tax” o Vitaferro despachaba a las puertas del bar Siboney, a un lado del restaurante Fililí (donde, cuenta la leyenda, almorzaba Pedro Infante) en los bajos del edificio del Olimpo. El propietario del Siboney era un señor Quijano, el cual, como ya hemos comentado en otras de nuestras entregas, fue ultimado por un número de “estudiantes” que se enfurecieron ante la negativa del propietario de regalarles una botella de Ron Pizá.

Próximo al Olimpo estaba el Palacio Municipal (en ese tiempo en manos del PRI) que tenía como cancerbero en el piso alto a aquel “Labios”, un cordial portero quien decidía quién accedía y quién no ante el alcalde de la ciudad. Con rumbo hacia el Sur, podían observarse los billares El Centro Cubano y El Olimpito; este último contaba con un coime que era la viva imagen de don Benito Juárez, de rostro inexpresivo y pocas palabras. Nosotros usábamos a jugar manos de billar en este sitio. A las puertas del Centro Cubano (donde también se jugaba a lo prohibido) se hallaba el señor Soberanis con un cajoncillo donde vendía sus cocteles de mariscos; hoy cuenta con varios restaurantes, pero ahí, en el Centro Cubano, en un rinconcito, comenzó el negocio. En la esquina de las calles 62 y 63 había un bar donde alguna vez despachó también cocteles de camarones y ostiones “el popular Mecho”, rival comercial de Soberanis.

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