Yucatán

Refuerzan aprendizajes sobre cultivos locales en Homún

Estudiantes de la Secundaria Técnica 45 de Homún iniciaron el proyecto de un huerto en su escuela con el objetivo de reforzar el aprendizaje sobre cultivos locales y promover la autosustentabilidad, a fin de impulsar más a su comunidad y para innovar en la enseñanza, informó el director Juan Manuel Avilés Pacheco.

Señaló que se trata de rescatar semillas originarias de esta zona, cosechar productos como pepino, lechuga y maíz cultivados de forma orgánica, así como generar un sistema de ventas que apoye la economía del cliente.

Detalló que desde el ciclo pasado la comunidad escolar inició la tarea de acondicionar espacios aledaños al colegio para sembrar hortalizas, maíz y conocer métodos de cultivo ancestrales, algunos explicados en libros de texto y otros que permanecen por tradición oral.

Indicó que, al cabo de los meses, además de propiciar un interés genuino entre el alumnado, hubo un cambio en su rendimiento, pues la integración académica, atención en clases y desempeño en otras áreas didácticas se vieron respaldadas.

Junto con el maestro en tecnologías con énfasis en agricultura, Manuel Tamayo Gutiérrez, Avilés Pacheco recorrió el área de producción de cultivos básicos de este colegio, donde las y los estudiantes proponen innovaciones para tener un sembradío sustentable, mediante la utilización de semillas criollas y fertilizantes naturales.

Participación importante “En el huerto escolar, los muchachos tienen una participación importante para generar habilidades y conocimientos en lo que respecta a la producción de alimentos sanos. Además, les enseñamos a comercializar de forma justa lo que se cosecha y a rescatar semillas que por el tiempo se han ido perdiendo, pues ya muchos productos no son orgánicos y buscamos que esto cambie”, indicó el docente.

A través de la alianza con fundaciones como “Educar para Producir”, esta iniciativa escolar ha motivado la curiosidad e interés del alumnado, pues crea conciencia sobre la importancia de las labores del campo.

“Para sembrar la milpa tuvimos que encontrar el terreno, entre todos lo limpiamos, aprendimos a medir la distancia entre las semillas y contamos con la ayuda de un (palo) sembrador que en maya se llama ‘xuul’ y escogimos los mejores maíces, nos recomendaron que fueran dos personas, uno siembra y otro tapa las semillas. Fertilizamos e hicimos un sistema de riego”, comentó uno de los participantes, el joven Eloy Sansores Góngora.

Esta actividad propicia actitudes positivas que se extienden a otras asignaturas, como aquellas vinculadas a la historia, ciencia y tecnología, valores y matemáticas, pues en todas las fases se tocan puntos relativos a ellas; se termina con la comercialización, uno de los momentos donde ponen precio a su esfuerzo, tratan con sus consumidores finales y valoran las bondades de su cosecha.

“Nos enseñaron a hacer amarres de los productos, salimos a las casas a venderlos y cumplimos con el objetivo de mostrar lo que hicimos. La gente nos felicitaba por que somos jóvenes y ya tenemos ese aprendizaje”, compartió otro involucrado en el huerto, el alumno Jorge Beh Espadas.

Por Rafael Gómez Chi