Alarmante, la crisis del agua en México

Representantes de más cincuenta organizaciones a favor del medio ambiente piden a diputados federales y estatales aprobar la Ley General de Aguas que impulsa la Coordinadora Agua para Todos, Agua para la Vida, a fin de concretar una política de Estado que primero otorgue agua potable a la población y después a las megaempresas.

Yameli Aguilar, Gustavo Monforte, Margarita Theeze, Alberto Rodríguez, Cecilia Hu, Rodrigo Migoya, Cuauhtémoc Jacobo, Teresa Denegre Vaught y Enrique Pérez Polanco, entre otros, señalaron que la propuesta del Consejo Ciudadano por el Agua de Yucatán cuenta con el apoyo de 400 organizaciones en todo el país, y que el pasado 4 de febrero se entregó un documento en las Cámaras de Diputados y de Senadores que contiene reglas de operación y permisos que deben acatarse para que las concesiones se hagan bien.

La respuesta de los legisladores fue que hay que esperar por lo menos 30 días para determinar si es aceptada. También piden el apoyo de la Conagua, la Semarnat, la Seduma, a nivel federal y estatal, para cumplir con los lineamientos, antes de otorgar más concesiones a empresas.

En rueda de prensa, los integrantes del colectivo señalaron que la crisis del agua en México es un hecho alarmante porque prevalecen acaparamiento, contaminación, extracción sin control, así como la impunidad de los acaparadores y contaminadores en manos de mega-industrias, lo que deja en estado de vulnerabilidad a los ciudadanos en general y afecta directamente a los pueblos originarios.

Sumamente contaminada

Por lo que toca a Yucatán, aseguraron que el acuífero de la Península, sus cenotes y ojos de agua corren graves riesgos, pues hay pruebas científicas suficientes que demuestran la grave contaminación y los problemas causados por la extracción desmedida en Yucatán.

Por esta razón, el colectivo pide cumplir con el derecho humano al agua, como lo establece la Constitución en su artículo cuarto.

Por otra parte, demandaron que la nueva ley reconozca el sistema kárstico de la Península como un territorio altamente vulnerable a la contaminación, extracción y con una disponibilidad limitada. Y también exigen cambiar de manera radical el carácter privatizador que actualmente mantiene la Ley de Aguas Nacionales.

Señalaron que la Península de Yucatán, de unos años a la fecha, se está transformando a un ritmo muy acelerado, sin que este crecimiento haya estado acompañado de los estudios y la infraestructura necesaria para recibir mayor población y la instalación de empresas internacionales.

Debido a la naturaleza geológica del material que conforma la Península de Yucatán, compuesta mayoritariamente de calizas que generan un paisaje o sistema kárstico, extremadamente sensible a la contaminación y extracción del agua, y a su elevada permeabilidad, la mayor parte del agua que cae se filtra al subsuelo, por lo que no existen corrientes de agua superficial y la única fuente de abastecimiento de agua para todos los usos en la Península de Yucatán es el agua subterránea.

Salinización

Por tratarse de un acuífero donde la fuente de agua dulce está sobre agua salina, es indispensable evitar que se mezclen y salinicen el agua subterránea, así como también es necesario hacer una adecuada disposición de residuos tanto sólidos como líquidos para evitar que se filtren al interior del acuífero.

Adicionalmente al riesgo de salinización de los mantos, en la superficie del acuífero existen diversas fuentes de contaminación que amenazan la calidad y accesibilidad del agua subterránea, como son mega-granjas porcícolas, ganaderas y avícolas, descargas de agua residual sin tratamiento, poblados sin sistema de drenaje, zonas agrícolas y viveros en los que se emplean intensivamente agroquímicos, basureros a cielo abierto, gasolineras y gaseras, entre otras. Asimismo se presenta la instalación de mega-empresas cerveceras y refresqueras que extraen grandes cantidades del líquido.

Granjas porcinas

Entre los casos graves de contaminación detectados figuran las siguientes: en Kinchil y Celestún, las granjas porcinas de Kekén. En el caso de Kinchil, pobladores organizados han presentado una denuncia popular contra una empresa ante la Semarnat, la Profepa y la Secretaría de Desarrollo Sustentable estatal, por hechos, acciones y omisiones que han producido deforestación, desequilibrio ecológico, daños al medio ambiente y a los recursos naturales, en la zona donde se ubica una granja porcícola, situada en el kilómetro 21 de la carretera Kinchil-Celestún.

Los pobladores de Kinchil afirman que, desde el inicio de operaciones de la granja, notaron la reducción de la población de abejas y de las cosechas de miel, que puede deberse a los pantanos de aguas negras que descarga la empresa. Las aguas residuales tienen alta carga orgánica que genera la degradación química de los suelos (salinización).

En Homún, donde desde hace dos años surgió un conflicto a causa de la instalación de una granja porcina del Grupo Papo, en el Noreste de la demarcación. En Hunucmá existe un conflicto por la sobreexplotación del acuífero de parte de la Cervecería Modelo establecida en la región, ya que desde su llegada hace alrededor de 3 años el nivel de los pozos ha disminuido considerablemente y ha disminuido la presión y, en general, la calidad del suministro de líquido. También han ocurrido problemas con el suministro del agua, potable. La Cervecería Modelo tiene una concesión de 10 años, renovable hasta por lo menos veinte años más, para el uso del acuífero para una extracción de 7 millones de metros cúbicos anuales, por mencionar algunos casos.

(Víctor Lara Martínez)