Yucatán

La ignorancia en la que viven muchos jóvenes universitarios

Pilar Faller Menéndez

Además de arrogantes, hoy los jóvenes universitarios en su mayoría, están perdiendo su capacidad de análisis y conocimientos de los problemas sociales que están aquejando nuestro país, así como el discernimiento entre lo que origina un problema, y las medidas que se están tomando para castigar lo hoy se encuentra en boga y está causando más que nunca indignidad en la sociedad.

Sucedió en una sobremesa, y se discutían muchos temas, cuando salió el del feminicidio, reflexionábamos sobre las causas y opinábamos que tristemente este fenómeno se daba en cualquier clase social sin distinción del estrato económico, cuando un joven que se encontraba presente, estudiante de Derecho en una “prestigiosa” universidad privada, espetó que aquello de lo que hablábamos era erróneo, que los feminicidios en su gran mayoría eran perpetuados por “indígenas”, sin otra base de que estaban estudiando el caso en la universidad y que su maestro coincidía con esta idea.

El asombro y la indignación saltaron rápidamente, y en vez de ignorar los comentarios tan estúpidos de una persona carente de información, saltó una pregunta que no podía dejar de hacer: ¿a qué te refieres con indígenas? A lo que respondió que no se trataba de aquellos salvajes haciendo un ademán con su mano y emitiendo un sonido, como si se refiriera a gente salvaje.

Me explicó con un tono de superioridad que se refería a indígenas, como aquellas personas que vivían en la periferia de las ciudades… un estudiante de Derecho ¡Válgame Dios! Era necesario aclararle que la gente menos afortunada y que viven en el cinturón de la marginación de muchas ciudades, no eran considerados indígenas, y que su conocimiento al respecto dejaba mucho que desear.

Pero no, la altanería y la seguridad de que el estudiar en una universidad privada lo dotaban de un conocimiento irrefutable a pesar de que se encontraba en una plática con gente que también tenía títulos universitarios, y que sobre todo, conocía y leía sobre el tema, y sus estadísticas. Hubo que explicarle que los indígenas no eran aquellos a los que se referían, y que no se distinguían por ser el grupo social que encabezaba estos crímenes de odio.

Hubo quien también le echó la culpa al gobierno de López Obrador, y fue entonces cuando el aniversario se valió de este comentario para decir que las políticas que se estaban implementando eran de poca utilidad y que el gobierno estaba fallando, motivo por el cual se daba este hecho tan cobarde, sin cuando menos reflexionar que se trataba de medidas correctivas, porque los orígenes no se encontraban en la eficiencia o deficiencia de las medidas, y que era necesario atacar y prevenir estos crímenes.

Desconocía obviamente cómo las iniciativas de ley proceden, y se encuentra a punto de graduarse en Derecho, y aunque un estudiante no es una muestra válida que represente a los demás, nos hace suponer que este aspirante a abogado se graduará no en Derecho, sino en ignorancia, porque no cabe duda que obtendrá su título universitario.

Hay que hacer énfasis que la etapa universitaria requiere de una capacidad de análisis, que los maestros son guías, pero que no poseen la verdad absoluta, pero en un aula donde no se cuestiona nada, se da por sentado que existe una apatía por establecer debates sobre temas que pudieran resultar de su interés, pero pareciera que tienen más prisa por graduarse y vivir el sueño de los titulados, de dirigir empresas por el simple hecho de poseer un título universitario.

De regreso a mi casa y después de esta plática de sobremesa de la que solamente conseguí una indigestión y pena de lo que serán los hombres del mañana, acepté el hecho de que la reflexión y análisis no parece tener cabida en estas nuevas generaciones, que emiten sus opiniones al vapor, y sienten que nadie puede refutárselas, y su arrogancia no respeta ninguna opinión que no sea la suya, sin importar con quiénes esté discutiendo algún tema.

Dejo esta reflexión abierta con la esperanza de que solamente se trataba de un joven perdido en conceptos y desinformado, y que no representaba a la nueva generación de universitarios.