Rodulfo G. Cantón y Cámara (1833-1909) fue un prominente personaje de la historia de Yucatán, como abogado, promotor cultural, empresario ferrocarrilero, alcalde Mérida, gobernador interino y muchos otros logros que están plasmados en el libro “Rodulfo G Cantón, sonata de una vida”, escrito por Raúl Casares G. Cantón, el cual se publicó a finales del 2019.
El autor de este texto, clave para comprender el siglo XIX y principios del XX, así como el período porfirista, charló ayer con POR ESTO! acerca de la publicación, la cual nació en una primera instancia por la fascinación hacia un personaje como lo fue Rodulfo G. Cantón, quien es su tatarabuelo.
Destacó que se trata de una biografía que retrata al personaje y que se construyó con fuentes orales, archivo familiar, información pública y otros documentos y que cae en el género de la micro historia.
El libro es el primer resultado del Taller de Metodología de la Historia para Historiadores no Profesionales impartido por la Dra. Laura Machuca del CIESAS. En este taller, Raúl adquirió herramientas necesarias para la investigación, pero confiesa que ya para entonces tenía muchos años de trabajo en el acopio de información sobre este personaje que desde siempre lo había emocionado.
Motivaciones y emociones
“Desde luego que hay motivaciones personales y emociones que me llevaron a escribir esta biografía de uno de mis antepasados, pero tratando siempre de tomar distancia del personaje para poder hacer un trabajo profesional y objetivo”, explicó.
También –dijo– recibió mucha información de su abuelo materno que llevaba el mismo nombre de Rodulfo G. Cantón y G. Cantón, nieto del personaje, quien le transmitió la emoción, de manera oral, por el hombre que tuvo una gran trayectoria.
Destacó que Rodulfo G. Cantón y Cámara es uno de los 12 hijos de Gregorio Cantón y Candelaria Cámara, quien fue abogado, pero también un incansable promotor cultural y admirador de las artes, empresario, político.
A los 19 años de edad, en 1852 fundó la primera Librería Meridana de Cantón, en la calle 59 frente al Parque Hidalgo, en la que se ofrecían libros impresos provenientes de París y Nueva York, así como almanaques y otros libros, durante los años 70 y 80 del siglo XIX.
Además fue fundador con José Jacinto Cuevas del Primer Conservatorio de Música y Declamación en los años 70 del siglo XIX y fungió como subdirector general de esta escuela que, más allá de un conservatorio de música, era también un espacio cultural porque ahí se fundó un gabinete de lectura y una especie de biblioteca con más de mil libros.
Pionero del espiritismo
Asimismo Rodulfo G. Cantón fue un gran promotor de la educación de la mujer, además de que fue pionero del espiritismo en la región y fundó una revista quincenal titulada “La ley de amor” dedicada a esta filosofía.
Expuso que este fue un órgano de difusión de las ideas del espiritismo y en sus páginas colaboraban intelectuales de alto nivel de la época, incluso las feministas de “La Siempreviva”.
En el período de gobierno de Eligio Ancona, nuestro personaje fungió como presidente del Consejo de Instrucción Pública en 1875, órgano que coordinaba al Instituto Literario y escuelas.
En 1879 recibió la concesión para la construcción y operación del Ferrocarril Mérida-Peto y que terminó esta magna obra el 15 de septiembre de 1900, lo que significó 21 años de una gran faena y fue una de las 4 líneas que operaron en Yucatán: Mérida-Progreso, Mérida-Valladolid, Mérida-Campeche y Mérida-Peto.
“Este proyecto del Ferrocarril Mérida-Peto tenía además un propósito, porque era como un heraldo del progreso, con el fin civilizatorio y de pacificación en una zona que era de la Guerra de Castas”, dijo.
Presentó también el proyecto de Ferrocarriles Suborientales, que iba de Peto a Chan Santa Cruz y a la Costa Oriental que ahora es Quintana Roo, pero nunca prosperó.
En lo político, don Rodulfo se vinculó al grupo de Olegario Molina, quien sustituyó al General Cantón en 1902 en la gubernatura de Yucatán y fue también quien anunció, antes, la candidatura de Olegario al cargo, para lo cual creó el Centro Liberal Yucateco, como una especie de club político.
También fue presidente del Consejo de Administración del Banco Yucateco, a la par que empresario ferrocarrilero y cuando Olegario Molina llegó a la gubernatura de Yucatán él fue presidente municipal de Mérida, que entonces era un cargo de un año.
Estructura del volumen
De la estructura del libro, su autor dijo que está conformado por una Introducción en la que se menciona el tema de que es un ancestro suyo, la fascinación por el personaje y los vínculos familiares, entre otros aspectos.
En la primera parte del Capítulo I se hace una reseña del contexto de la época, del siglo XIX y principios del XX, además de la genealogía del personaje, entre otros aspectos.
En el Capítulo II se habla de sus aportaciones a la cultura y las artes; en el Capítulo III se entra al aspecto de la economía y finanzas en relación con el personaje y en el Capítulo IV se aborda su participación en la política, para llegar a un epílogo en el que se mencionan aspectos de su vida personal.
Narró que este personaje se vio forzado a vender el ferrocarril Mérida-Peto, en el contexto de la crisis de los bancos por los precios de henequén y lo vende a Ferrocarriles Unidos de Yucatán, que era del grupo de Olegario Molina y que se había hecho de todas las líneas del ferrocarril, menos de esa.
“Creo que esto lo afectó emocionalmente y de manera grave e incluso se enfermó de un cáncer de próstata y decidió viajar a Nueva York en busca de una cura con su familia y, al no encontrarla, viajó a París, donde falleció el 29 de julio de 1909”, finalizó.
(David Rico)